sábado, 4 de septiembre de 2010

Blues Rock (I parte)

Cuando John Mayall, lanzó el álbum “Bluesbreakers” (1966), en donde figuraba el ex-guitarrista original de los Yardbirds, Eric Clapton, definió, de una vez por todas, un género de rhythm 'n' blues interpretado por músicos blancos europeos, con el epígrafe del "blues-rock", lo cual pronto se convirtió en una de las corrientes más fuertes y originales del rock británico. También Mayall puso los cimientos para el rock progresivo en “Hard Road” (1967), con la participación de un nuevo guitarrista, Peter Green, los arreglos floridos jazz de “Bare Wires Suite” (1968), la sofisticada música lounge del álbum conceptual “Blues From Laurel Canyon” (1969) y su obra maestra, “Turning Point” (1970), con el guitarrista Jon Mark y el saxofonista Johnny Almond, fueron el preludio para un ambicioso album titulado “Jazz-Blues Fusion” (1972). Fleetwood Mac, Colosseum y Mark-Almond (formado una serie de músicos formados bajo el amparo de los Bluesbrakers) serían las consecuencias lógicas de la experimentación continua de los proyectos de John Mayall con el blues.

En los Estados Unidos, el equivalente de John Mayall fue Al Kooper, el teclista quien había inventado el sonido de “Like A Rolling Stone” y “Blonde On Blonde” de Bob Dylan, es decir de la música rock tal y como la conocemos hoy en dia. Él formó la Blues Project, una banda cuyos instrumentos principales fueron la flauta y el órgano y que preparó una mezcla atmosférica de blues, folk, pop y jazz en “Projections” (1967). Posteriormente Al Kooper junto a Mike Bloomfield, quien había participado en las obras maestras de Paul Butterfield y Bob Dylan, y el guitarrista de Buffalo Springfield, Stephen Stills se unieron para formar el primer "super-grupo" de la historia y grabaron el mítico album “Supersession” (1968), un album que marcaba el encuentro del acid-rock, folk-rock y el resurgimiento del blues. Continuando con la carrera paralela de Mayall, Kooper más adelante dio al movimiento de jazz-rock una de sus más exitosas bandas, los míticos Blood Sweat & Tears.

Sin duda alguna Mayall y Kooper inspiraron a infinidad de grupos a ambos lados del Atlántico. Casos en concreto muy fundamentales fueron por ejemplo, tres experimentados músicos del blues británico como eran Jack Bruce, Eric Clapton y Ginger Baker cuando formaron Cream, el primer gran "power-trio" de la historia . Más que cualquier otro, fue Cream quien cambió el rostro de la música rock británica. Tomaron la fusión del blues y el rock a lugares donde nadie había llegado antes. Ellos ampliaron un nivel de improvisación de grupo que era digna del jazz. De hecho, su música tenía básicamente tres capas: una melodía pop, solos extensos inspirados por el free jazz, y un propulsor ritmo de rhythm 'n' blues. Aparte dieron distorsiones de guitarra y solos disonantes que perturbaban a una audiencia que había crecido con los sonidos adulzorados de los Beatles. Memorables son las melodías soul-jazz de “Sunshine Of Your Love” (1967), del album “Disraeli Gears” (1967), y “White Room” (1968), o del barroco y psicodélico “Wheels Of Fire” (1968), eran claramente revolucionarios, apuntaban hacia una más que sofisticada clase de "pop" que los refranes infantiles del Mersey-beat.

Otro claro ejemplo fueron los Fleetwood Mac de Peter Green, una de las bandas británicas más creativas y competentes del resurgimiento del blues. “Black Magic Woman” (1968), “Albatross” (1968), “Man Of The World” (1969) y “The Green Mahalishi” (1970) se convirtieron en estándares de blues-rock británico.

Y llegamos al quizás mejor representativo del blues-rock anglosajón de la epoca, los Ten Years After de Alvin Lee, que ofrecían una versión frenética, fuerte y violenta de la fusión blues-jazz. La epiléptica “Going Home” (1968), la hipnótica “Hear Me Calling” (1969) y la lúgubre “No Title” (1969) mostraban la progresión británica desde Cream hasta casi convertir el estilo en hard-rock.

San Francisco por sí misma atraía y daba refugio a una comunidad considerable de blues, la cual estaba influenciada por el acid-rock de la ciudad. Alli estaban Janis Joplin, que sin duda fue la vocalista más visceral de su época, cuyos cantos salvajes serían inmortalizados en “Cheap Thrills” (1968) aunque su mejor álbum es probablemente el póstumo “Pearl” (1970); Steve Miller, quien escribió las alucinaciones de “Children Of the Future” (1968) y “Sailor” (1968), antes de convertirse a la música rock mas convencional; y el guitarrista mexicano Carlos Santana, el cual con su primer album “Santana” (1969), creo un punto de encuentro entre el ritmo latino, la guitarra de blues y sesiones psicodélicas y acuñó una nueva forma de muzak para hippies, para, después de su conversión al budismo, acercarse al jazz-rock como en “Caravanserai” (1972) y especialmente el colosal triple album en vivo “Lotus” (1974), ambos trabajos inspirados por Miles Davis y John McLaughlin y con la participación del toque monstruoso de batería de Michael Shrieve.

Casi al mismo tiempo dos músicos de Los Angeles empezaron a tocar el blues en formas no convencionales que principalmente intentaban capturar el espíritu auténtico del pasado, por un lado Taj Mahal que produjo álbumes que ahondaba en toda la tradición de la música afroamericana, tales como “De Ole Folks At Home” (1969), posiblemente su obra maestra, “Real Thing” (1971) o “Recycling The Blues” (1972); y por otro Ry Cooder, se haría famoso con sus reconstrucciones temáticas de eras y estilos (tex-mex, swing, rock 'n' roll, etc), con albumes de notable factura como “Paradise And Lunch” (1974) y “Paris Texas” (1985).

Un vocalista apasionado y ronco en la vena de los gritadores negros, llamado Bob Seger unió la tradición con sus raíces de antiguo obrero en Detroit. Empezando con himnos como “Heavy Music” (1966) y “Ramblin' Gamblin' Man” (1967), Seger abrazó el ataque emocional de grandes del soul como Wilson Pickett y James Brown, y lo salpicó con toques de, boogie sureño, hard-rock, folk-rock y country-rock. Enfocándose en la vida ordinaria del hombre común, más adelante procedió escribir las atmósferas reflexivas en álbumes tales como “Beautiful Loser” (1975) y “Night Moves” (1977), quizás mas orientados al southern-rock.