viernes, 9 de octubre de 2009

Eloy

La historia de esta ya mítica banda alemana comienza a finales de los 60 cuando dos jóvenes e inquietos músicos germanos Helmut Draht y Frank Bornemann (batería y guitarrista respectivamente), deciden crear un grupo de rock basado en el estilo predominante en aquella época en Alemania y el centro de Europa como era el krautrock, (aunque bien es cierto que oficialmente nunca fueron encuadrados bajo este genero). El nombre elegido para esa aventura lo denominaran Eloy, (nombre sugerido de la novela futurista de H.G.Wells, la Maquina del tiempo), y no solo tomaron el nombre de dicha novela, la temática del propio grupo se baso casi constantemente en ese libro de ciencia-ficción.
Tanto Bonermann como Draht eran unos apasionados del space rock y psicodélico de banda emergentes de la época como los Pink Floyd de Syd Barrett por lo que inyectaron a Eloy grandes dosis de influencias floydianas en sus composiciones pero con un sonido propio y particular.
En 1971 editan su primer trabajo bajo el sello holandés Philips, titulado genéricamente “Eloy”, un álbum en donde la banda aún sin pulir ofrece un trabajo sobrio pero sin entidad suficiente para catalogarlos como autentica banda progresiva, mucho hard rock psicodélico con ausencia casi total de teclados a excepción de algún tema como por ejemplo la psicodélica “Isle of Sun”, un trabajo que curiosamente fue casi compuesto en totalidad por Erich Schriever, cantante del grupo, relegando a un segundo plano al fundador y líder Bornemann.
Para su segundo álbum dos años después ya no cuenta con Schriever, por lo que Bornemann se hará cargo a partir de aquí de las partes vocales (una de las máximas señas de identidad del grupo con su particular acento alemán cantando en ingles), además de ser el mayor exponente en las composiciones del grupo, en este el nuevo álbum titulado “Inside” ya podemos ver a los Eloy mas sinfónicos con ramalazos psicodélicos, pero manteniendo ese estilo floydiano, con temas largos y desarrollados instrumentalmente como la suite “Land of no Body”. A partir de aquí pronto el grupo empieza a tener su propia legión de fans y empiezan a fraguarse un nombre dentro del circuito europeo de bandas de rock progresivo.
La confirmación de la evolución creativa del grupo llega con “Floating” editado un año después (1974), sin duda una estupenda continuación del álbum anterior, este si cabe más perfecto aún, un trabajo con una intensidad apabullante, cascadas de ritmos de órganos y riff´s de guitarras potentes y a la vez cristalinas por momentos, dejándonos entrever lo que el grupo pronto nos depararía con sus nuevos lanzamientos.
Y el resultado de toda esa evolución creativa llega con “The Power and the Passion” (1975) un álbum conceptual cien por cien space rock y rock sinfónico y que nos dejan por fin el verdadero sonido del grupo ya consolidado, una trabajo lleno de matices sinfónicos y de largos pasajes melódicos y sugerentes que hacen las delicias de los seguidores del rock sinfónico en general, y quizás su primer disco en ser considerado fuera del ámbito estrictamente centro europeo, sobre todo en Inglaterra donde pronto son muy seguidos por los fans del estilo y la critica especializada. 1976 fue un año que cambio el futuro del grupo al abandonar la nave todos los miembros de la misma menos Bornemann, por diferentes criterios musicales lejos de la idea original de su líder, ese mismo año sale a la luz “Dawn”, álbum que cuenta con la participación del que luego seria la mano derecha de Bonermann, Klaus-Peter Matziol a los bajos, además del ex- batería de los Scorpions, Jurgen Rosenthal y el teclista Detlev Schmidtchen, pasando el grupo a convertirse en cuarteto. Cuando todos pensaban que después de tantos cambios el sonido del grupo se resentiría, este continuo en la misma onda que el anterior trabajo. “Dawn” estructurado de manera conceptual, que sigue la misma línea sinfónica y espacial con temas atmosféricos y magistrales como la fantasiosa “Between The Times” o las increíbles “Gliding Into Light and Knowledge” y “The Midnight-Fight”, que pronto se convierte en un clásico del rock sinfónico en general y un trabajo imprescindible en la discográfica del grupo.
Pero así y todo el grupo no terminaba de lograr un status comercial aceptable, sus álbumes eran muy bien valorados por los fans y critica, pero no vendían lo suficiente, motivo el cual migraban de un sello a otro hasta que Electrola les ficha y editan el que hasta ahora ha sido su mayor éxito comercial de su carrera, “Ocean” (1977), un álbum igualmente conceptual, atmosférico y de space rock con temas realmente impresionantes como la inquietante “Incarnation of the Logos” o la demencialmente atmosférica e hipnótica “Atlantis’ Agony At June 5th – 8498 13 P.M. Gregorian Earthtime”, en definitiva un álbum apoteósico y enérgico que les catapulto al Olimpo de las grandes bandas del rock sinfónico.
Luego del ya habitual disco en directo de las bandas de los años 70, el estupendo “Live” (1978), el grupo se embarca en otro trabajo, el complejo y ambicioso álbum; “Silent Cries and Mighty Echoes”, disco que continua la tónica del “Dawn” con sonidos pinkfloyanos y quizás mas asequibles que el anterior álbum.
Pero la idea de los trabajos conceptuales con la entrada de la nueva década quedan algo desfasados y en el siguiente álbum “Colours” (1980), la banda se decanta por sonidos menos estructurales y temas mas simples o mejor dicho menos complejas, pero no exentas de una calidad incuestionable, simplemente su estilo es mucho más light, conservando las melodías y el estilo rítmico inconfundible de la banda.
“Planets” (1981) con una portada diseñada por el famoso ilustrador Patrick Woodrofe, supone una continuación a ese cambio de sonido que la banda quiere imprimir en esta nueva década, también supone la mayor importancia que se le da a los teclados como instrumentos primordiales a la música siendo en muchos momentos fuente esencial de las composiciones junto a arreglos orquestales que le dan mucha consistencia al resultado final de la obra, aunque curiosamente Bornemann inicialmente diseño este trabajo como un álbum doble conceptual, la discográfica rechazo la idea y al final el siguiente “Time to the Turn” (1982) se erigió como la continuación oficial de “Planets”, tanto estética como musicalmente, temas asequibles y a la vez atmosféricas y espaciales pero con un toque mas comercial.
Posteriormente el álbum “Perfomance” (1983) supuso un bajón en la calidad compositiva del grupo, los avances tecnológicos y las nuevas tendencias les llevaron a sonidos más pop, conservando la esencia del sonido Eloy y el space-rock.
A partir de aquí y hasta la actualidad la banda ha sufrido muchos cambios de formación (algo muy habitual en su carrera), y pese a que han editado buenos discos como “Metromania” (1984), “Ra” (1988), “Destination” (1992) que mantenían ese sonido de pop sofisticado o “The Tides Return Forever” (1994) un tímido acercamiento a la época gloriosa pero con un resultado poco convincente o “Ocean II: the Answer” (1998) donde retomaron los sonidos de los ochenta de la época de “Planets”, logrando un trabajo muy digno que les volvió a dar la credibilidad que casi habían perdido.