lunes, 11 de marzo de 2024

David Bowie-Diamond Dogs (1974)

El octavo álbum de David Bowie, es sin duda el tercer trabajo clásico de su período glam, si consideramos el anterior “Pin-Ups”, como un disco transitorio. Por lo que podríamos estimar a este “Diamond Dogs”, como la conclusión natural del espectro emocional que va desde “Ziggy Stardust” hasta “Aladdin Sane”. Mientras que “Ziggy Stardust”, vino del espacio con un mensaje de esperanza y descendió a la degeneración del rock and roll, y “Aladdin Sane” se deleito en el colapso resultante, “Diamond Dogs” por su parte presentaba una visión post glam de un futuro post apocalíptico habitado por bandas punk de jóvenes hambrientos, en el que surge una horrible sociedad totalitaria, la última de las cuales a menudo se relaciona con el abortado proyecto del propio Bowie “1984”, debido a su canibalización y salvaje tratamiento de las canciones.
Para la grabación de este nuevo trabajo Bowie realizaría varios cambios entre los músicos habituales de su banda, reemplazando a los asiduos Mick Ronson y Trevor Bolder por Alan Parker (guitarra) y Herbie Flowers (bajo), respectivamente, además de contar con un segundo batería, Tony Newman, mientras volvería a contar con el teclista Mike Gerson y el percusionista Aynsley Dunbar, en tanto Bowie se encargaría de la guitarra solista, el Mellotron y los sintetizadores Moog.
“Diamond Dogs” muestra diferentes canciones de glam rock engañosamente convencionales, como la homónima “Diamond Dogs” o “Rebel Rebel”, las cuales se alternan con otras irresistiblemente atrayentes como la arrolladora y majestuosa trilogía compuesta por “Sweet Thing/Candidate/Sweet Thing (Reprise)” o el canto fúnebre de “We Are the Dead”. Por otro lado la inclusión de las influencias funky de “1984”, prefigura la transformación de Bowie en un robot del soul moderno y electrónico que ya veríamos en el siguiente álbum “Young Americans”.
En conclusión este “Diamond Dogs” capturaba a un Bowie liberándose del modelo camaleónico de glam rock que el mismo había liderado hasta esos momentos, para incorporar a su ecléctico estilo, una gama más amplia de influencias musicales.