The Outlaws Blues Band fueron otra de las bandas punteras de blues rock de finales de los sesenta, rivales directos de coetáneas como Canned Heat, que pese a ello han sido olvidados durante décadas y están siendo redescubiertas por los fanáticos del blues y el jazz.
Formados en los Ángeles a principios de los 60 por el batería Victor Alemán, el bajista Joe Francis Gonzalez y el guitarrista Phillip John Diaz, ellos estaban influenciados por los grandes del blues, el R&B y el soul como Sam Cooke o Muddy Waters, al que les agregaron sonidos provenientes de la invasión británica. Un tiempo mas tarde cuando se empezaron a construir una solida reputación gracias a sus dinámicos directos, la banda firmo un contrato con el sello Bluesway Records, subsidiaria de ABC y graban los álbumes "The Outlaw Blues Band and The People" en 1968 y "Breaking In" en 1969, ambos con el legendario productor Bob Thiele. Su álbum debut se iniciaba con una versión particularmente funky del blues grasiento "Tobacco Road", a continuación mostraban la faceta mas blues con "Tried To Be A Good Boy", con sonidos jazzisticos gracias a la flauta del tenor Joe Whiteman. Mientras tanto la banda demuestra su ecléctico estilo con la soul blues "How Bad Love Can Be", la abrasadora "Lost In The Blues" , o la caótica instrumental "Death Dog Of Doom" de ocho minutos, en donde combinan perfectamente blues, rock, jazz, funk y soul con influencias latinas y un toque salvaje. La versión del tema de B.B.King "Sweet Sixteen", tocada de manera sedosa y ahumada y la cacofónica "Two Tranes Running", cierran un disco memorable, una mezcla viva y única de blues, rock, jazz y soul , con unas composiciones multirraciales y una profunda influencia y mezcla de los sonidos de la Electric Flag, Paul Butterfield Blues Band, Santana o The Allman Brothers Band.