En 1975 Jethro Tull publicaba “Minstrell in The Gallery”, el octavo álbum de la banda y el mas acústico hasta aquellos momentos de su carrera. Para muchos este es el que marcaba el punto de inflexión con ciertos sonidos del pasado y al mismo tiempo presagiaba los sonidos que experimentarían en el futuro.
El anterior “Warchild” fue en cierto modo un álbum desigual y un trabajo “menor”, en donde el uso excesivo de arreglos orquestales y instrumentos bastantes sorprendentes como gaitas y acordeones, restaría la esencia del sonido de la banda liderada por Ian Anderson. Aún así sin llegar a ser un mal disco, mas bien todo lo contrario, obtuvo criticas desfavorables y una ventas menores lo que llevaría al propio Anderson a replantearse su siguiente movimiento en su tabla de ajedrez musical.
Para empezar se disminuye considerablemente la prominencia de los teclados, a excepción del piano de John Evans y dando un mayor y mejor protagonismo a las cuerdas de David Palmer, creando así una atmósfera intima y orgánica, Martin Barre por su parte cobra un diferente protagonismo aunque sigue ofreciendo sus ardientes solos de guitarra característicos. Temas como “Cold Wind To Valhalla” o “Black Satin Dancer”, son elegantes pero discretas piezas con muy buenos pasajes de cuerda. “Requiem” es un tema acústico que parece sacado del álbum “Aqualung” y la mini suite “Baker Street Muse” es una interesante canción melódica y muy atractiva, que sin embargo adolece en ciertos pasajes de una coherencia como pieza unificada. “Minstrell in The Gallery” es en cierto modo y de manera bastante sutil, la continuación lógica de un álbum como “Aqualung”, alejados de la pomposidad de ”Thick As A Brick” o del folk experimental de “Warchild”.