Después de dos primeros discos que fracasaron estrepitosamente, Supertramp se encontraban en un punto muerto en 1972, habían perdido la confianza de su mentor, el millonario Miesegaes quien les había financiado hasta entonces, habían tenido dos desbandadas de integrantes y su futuro era incierto. Sin embargo sus dos líderes Rick Davies y Roger Hodgson decidieron continuar contra viento y marea, reclutando nuevos miembros y se dispusieron volver a entrar en los estudios y intentar tocar la diosa fortuna con un nuevo álbum. Para ello llegaron el bajista Dougie Thomson, el baterista Bob Siebenberg y el saxofonista y teclista John Helliwell y se retiraron a una granja del siglo XVII al sur de Inglaterra donde estuvieron meses componiendo y ensayando nuevo material. El resultado final fue el álbum “Crime Of The Century”, que fue publicado a finales de 1974 y supuso el primer gran éxito de la banda y su mejor esfuerzo creativo. Aquí a diferencia de sus dos primeros álbumes en donde los sonidos estaban basados en el jazz y el blues con largas instrumentaciones y una solida base rock, la banda muestra una faceta mas simple con un pop elegante y sofisticado heredado del sonido Beatle que mezclado con grandes arreglos y unas estructuras progresivas e instrumentales muy copiosas que absorbían parte de la esencia del sonido Canterbury. Todo ello se ve traducido en monumentales composiciones como el tema que da titulo álbum, un ejercicio progresivo en donde confluyen todas las características del grupo, mientras “School”, fusiona la comercialidad con un punto sinfónico genialmente realizado, la hipnótica “Dreamer”, la funky sutil “Bloody Well Right”, o las mini operas con retazos al pop sinfónico “Hide in Your Shell” y “Asylum”. Con esta publicación, Supertramp conseguirían su obra maestra, un trabajo en donde los sonidos depurados muy avanzados para su época y de precisión transparente, lograrían auparlos a la cúspide del rock mundial a mediados de los 70.