lunes, 1 de noviembre de 2021

Rush-2112 (1976)

Cuarto álbum de la banda canadiense y el que los encumbraría definitivamente para siempre, al mismo tiempo que mostraba la faceta mas progresiva del trío, demostrando con su estilo que eran únicos y diferentes al resto de todos sus coetáneos.
Si hasta esos momentos Rush se habían mostrado como una de las bandas deudoras del sonido mas puro del hard rock de bandas como Led Zeppelin, con la publicación de tres álbumes soberbios y de gran entusiasmo, también es cierto que aun no habían terminado de cumplir con las expectativas tanto comerciales como estilísticas.
“2112” significo un punto y aparte en la carrera de los canadienses, esta fue la obra que necesitaban para dar el salto definitivo hacia el estrellato en el mundo del rock y lo lograrían de manera espectacular con un disco conceptual y asombroso, repleto de hard rock y pasajes progresivos al mismo tiempo, con una demostración de las cualidades virtuosas de cada miembro de la banda que los convertiría en adelante en los máximos valedores en sus respectivos instrumentos.
Los poderosos riffs de guitarra de Alex Lifeson son combinados a la perfección con suaves acordes de guitarras acústicas, eléctricas y solos antológicos, mientras Geddy Lee alcanza con su voz una interpretaciones sublimes y perfectas, que junto a la impecable batería de Neil Peart, utilizando todo tipo de percusiones, muestran a un percusionista que en muchos momentos parece sobrehumano con unas interpretaciones alucinantes.
La conceptualidad del álbum es producto de la enorme imaginación de Neil Peart, quien sobre una idea futurista de ciencia ficción, convierte a esta obra en un viaje apoteósico, con una gran variedad de textos creativos que son acompañados por un enorme derroche instrumental épico y fascinante.
La inicial suite “2112”, una epopeya de casi 20 minutos, dividida en siete partes épicas, es todo una clara demostración de intenciones, aquí el trío combina perfectamente los pasajes duros con otros momentos progresivos y atmosféricos, convirtiendo a esta pieza en uno de los momentos cumbres del genero.
En esta suite destacan de manera sobresaliente “Overture”, “The Temples Of Syrinx” y “Gran Finale”, todas ellas repletas de cambios de ritmo y de asombrosa virtuosidad.
El resto no le va a la zaga con las tremendas y épicas “A Passage To Bangkok” y “The Twilight Zone”, las bucólicas “Lessons” y “Tears” y la potente rock “Something For Nothing”.
“2112” es una de las obras imprescindibles del rock y no solo por su valor histórico, si no también por el tremendo aporte musical que el trío dejaría para la posteridad con esta obra maestra absoluta de la música rock.