Con el paso de los años la figura del guitarrista Tony McPhee y sus Groundhogs ha sido olvidado por el publico mayoritario, solo valorado y reconocido por un "reducido" grupo de publico especializado en la música rock. Sin embargo tanto el genial guitarrista como su banda tienen un lugar privilegiado dentro de la historia, con algunas obras que están escritas con letras de oro. En 1971 fue publicado su cuarto álbum “Split”, aclamado tanto por la critica como por el publico y al mismo tiempo su obra cumbre.
Producido por el afamado Martin Birch, fue publicado bajo el sello Liberty y grabado en los estudios londinenses De Lane Lea a finales de 1970.
La primera parte de este álbum esta dividida en cuatro partes dentro de un mismo y extenso tema, “Slipt” en donde McPhee da una soberbia lección de sus dotes como guitarrista, repleto de efectos y incendiarios solos interminables, con mucho dinamismo que desembocan en un jam blues psicodélico y lisérgico, todo ello acompañado por la contundente y poderosa sección rítmica formada por el bajista Peter Cruikshank y el batería Ken Pustelnik. Para la segunda cara la banda se reservan su mejor tema o por lo menos el mas famoso de su carrera, la genial y rítmica “Cherry Red”, a la que le sigue la instrumental “Junkman” o la proto blues “Groundhog”. Gracias al gran éxito que tuvieron con este álbum, fueron los elegidos para telonear a The Rolling Stones en su gira del “Sticky Fingers”, para un año después publicar el ultimo gran álbum “Who Will Save The World”, y a partir de aquí su fama iría decreciendo paulatinamente, a pesar que estuvieron activos hasta casi el final de la década de los noventa publicando regularmente trabajos de escaso impacto mediático, aunque de gran nivel instrumental, pero alejados de sus primeras y fundamentales obras de finales de los sesenta y principios de los setenta.