domingo, 20 de mayo de 2012

Canterbury Sound

La escuela británica del rock progresivo de Canterbury fue uno de los movimientos más significativos en la historia de la música rock, la cual nació a principios de los 60 cuando Hugh Hopper, Robert Wyatt, Kevin Ayers, Richard Sinclair y otros músicos formaron los Wilde Flowers. Wyatt, Ayers, Hopper y sus nuevos amigos Daevid Allen y Mike Ratledge formaron posteriormente Soft Machine, mientras que Sinclair y los demás formarían Caravan.
Soft Machine, se convertiría en una de las bandas más grandes de rock de todos los tiempos, empezó con álbumes tales como “Volume Two” (1969), que estaba inspirado por el rock psicodélico con un toque de estética dadaísta (es decir sinsentido), pero después de haber perdido a Allen y a Ayers, se reinventaron hacia una interpretación particular del jazz-rock de Miles Davis en “Three” (1970), su obra maestra y uno de los álbumes esenciales del jazz rock de los 70. Teclados minimalistas a lo Terry Riley y metales de jazz realzan tres de las cuatro sesiones (particularmente, “Facelift” de Hopper). La restante, “The Moon In June”, es el primer logro monumental de Wyatt, mezclando una melodía delicada, una atmósfera melancólica y una profunda humanidad. “The Moon In June”, permanecerá en el canon esencial de la música mucho después de que la música rock haya desaparecido. Una alineación vastamente revisada, altamente influenciada por los ensambles de jazz de Ian Carr y Keith Tippett, que en octubre de 1969 agregó una sección de metales de cuatro piezas con un notable trabajo de Elton Dean, continuaron el experimento en un tono frío, cerebral, austero, por ejemplo con la suite de cuatro movimientos “Virtually” del álbum “Fourth” (1971), o con el futurista disco “Six” (1972).
Los otros co-fundadores de la escuela de Canterbury, fueron Caravan, que practicaban una clase de jazz-rock más simple, ligera, melosa y pegajosa que la de Soft Machine. Su especialidad eran las fantasías melódicas que básicamente mejoraban las canciones de cuna tipo folk con ritmos de jazz y contrapuntos instrumentales intrincados: con ejemplos como “Can't Be Long Now”, del álbum “If I Could Do It All Over Again” (1969), o “Nine Feet Underground” (su obra maestra), que abarca medio álbum de “In The Land Of Grey And Pink” (1971), e incluso con temas como “Nothing At All” y “The Love In Your Eye”, del “Waterloo Lily” (1972).
Nucleus de Ian Carr, fueron uno de los grupos más hábiles en la época y protagonistas de la escena británica de jazz-rock por muchos años. La soñadora y romántica “Song For The Bearded Lady”, del álbum “We'll Talk About It Later” (1970), es una buena muestra de ello, el sonido "orquestal" y electrónico de “Torso”, que abarca la mitad de “Solar Plexus” (1971), la síntesis elegante, barroca de su álbum más impecable, “Belladonna” (1972), que se basaba en arreglos de metales y teclados, así como en ritmos que eran resbalosos y sólidos a la vez.
Keith Tippett, quien había ensamblado un formidable grupo de talentos, entregó trabajos tales como “Dedicated To You But You Weren't Listening” (1971) y el colosal “Septober Energy” (1971), ejecutado por la orquesta de 50 miembros, o “Centipede”, que era más apropiadamente jazz.
Dave Stewart y Steve Hillage empezaron otra dinastía dentro de la escuela de Canterbury cuando ellos formaron Egg, otra banda sobre expuesta que tocaba música sinsentido, temas como “La Symphony No.2”, del álbum “Egg” (1970), la fantasmagórica clásica-jazz-rock “Long Piece No.3” de su “The Polite Force” (1971), y las últimas sesiones en “The Civil Surface” (1974), tales como “Germ Patrol” y “Enneagram”, empacaban suficientes ideas para que dos generaciones de músicos exploraran otros campos aún desconocidos.
Como hemos visto muchas de las obras maestras de Canterbury fueron grabadas a principios de los 70 por miembros originales de Soft Machine. Daevid Allen era uno de ellos y estaba solo vagamente relacionado a las principales direcciones estilísticas de la escuela: Allen era, antes que nada, un hippie/raro que mezclaba la estética paradójica de Frank Zappa y la cultura comunal de San Francisco. Fundo la banda Gong, con el guitarrista Steve Hillage, el saxofonista Didier Malherbe y el teclista Tim Blake, y preparó una versión "cósmica" del acid-rock. Sus obras maestras, las cuales incluyen por lo menos “Camembert Electrique” (1971), el grandioso “Flying Teapot” (1973) y “Angel's Egg” (1973), son collages demenciales de melodías infantiles, trompetas de circo, ritmos de jazz, teclados galácticos, lamentos sensuales/celestiales, mantras sardónicos, electrónica burlona e himnos de caricatura. Todo el conjunto exuda una sensación de cacofonía estática. Esta es una psicodelia que alucina pero no está cataléptica. “Flying Teapot” (1973), en particular, permanece como uno de los vuelos más salvajes de la imaginación de la música rock.
Kevin Ayers se convirtió en un cantautor lunático proyectando la persona de un dandi exótico y decadente. “Joy Of A Toy” (1969), es una colección de tonadillas encantadoras, definió su mezcla indiferente de música de salón, canciones de cuna folklóricas, world-music y también música infantil. La melancolía existencial que de por sí poseía, le llevo a su trabajo álbum más excéntrico, “Shooting At The Moon” (1970), con el compositor y teclista de vanguardia David Bedford, el joven guitarrista adolescente Mike Oldfield y el saxofonista de jazz Lol Coxhill. Aquí Ayers encontró un equilibrio poco probable de sinsentido armónico y estribillos pegajosos, mientras que empapaba sus cuentos de hadas de surrealismo y expresionismo. La suite de 18 minutos dividida en cuatro partes “The Confessions of Doctor Dream” (1974) fue su trabajo más ambicioso y una completa pesadilla.

Robert Wyatt  expandió en las intuiciones de su “The Moon In June”, en su primer álbum como solista, “The End Of An Ear” (1970). El inventó un nuevo tipo de lenguaje, con inclinación tanto a la tradición (pop, soul, folk, jazz) como a la vanguardia (minimalismo, electrónica), tanto personal como público. La misma sesión de temas privados y públicos, pero con un énfasis en su persona pública (y comunista), caracteriza los dos álbumes de Matching Mole, “Matching Mole” (1972) y “Little Red Record” (1972), los cuales son claros ejemplos de música cerebral, de protesta que es de hecho conmovedora, además de establecerse entre las más intensas grabaciones de cualquier cuarteto de jazz-rock. Su vida privada hizo erupción en “Rock Bottom” (1974), una de las obras maestras supremas de la música rock, una auténtica transfiguración de tanto el rock como el jazz. Sus piezas abarcan la frontera imposible entre un himno religioso y las canciones de cuna infantiles. A lo largo de esa línea imaginaria, Wyatt esculpió una zanja profunda de torrente emocional, donde la felicidad, la tristeza, la fe y la resignación encontraron una unidad metafísica. La sorprendente originalidad de esa obra maestra, y su bien elaborado flujo de conciencia, nunca fueron alcanzados por lanzamientos posteriores de Wyatt. El último trabajo significante de su carrera fue “Animals Film” (1982). Wyatt preparó una de las músicas más conmovedoras de todos los tiempos y por lo menos una de las obras maestras del siglo. El fue bendecido por ser tanto un batería dotado, heredero de las tradiciones del rock progresivo y del jazz-rock, y un vocalista innovador único, con su llanto falsete, vagamente derivado de la forma de cantar sin palabras del jazz, mezclaba el soul, budismo y psicodelia.
“1984” (1973) por Hugh Hopper y Elton Dean de “Elton Dean” (1971) también figuraron entre los trabajos más originales y eruditos del rock progresivo de la Gran Bretaña. Sobre todo, los alumnos de Soft Machine constituían un buen trozo del canon del rock progresivo en la Gran Bretaña.
La escuela de Canterbury continuaron produciendo bandas, talentos y obras maestras a través de mediados de los 70. Richard Sinclair y Dave Stewart unieron fuerzas y formaron Hatfield & The North, cuyo primer álbum, “Hatfield And The North” (1974), fue un apéndice competente a Caravan. Entonces Dave Stewart y Alan Gowen formaron una banda más orientadas a los teclados, los National Health, que no tuvieron reparos en jugar con las disonancias, electrónica y el jazz-rock orquestal de Frank Zappa en los cuatro largos temas que componían su album “National Health” (1978) y en su obra maestra “Of Queues And Cures” (1978).
Cuando el niño prodigio Mike Oldfield grabó “Tubular Bells” (1973), una suite de larga duración en un álbum de música instrumental, toda tocada por sí mismo y pegando las partes de docenas de instrumentos, redefinió lo que el rock progresivo era. De hecho, "rock progresivo" se convirtió en un término obsoleto para referirse a una música que cruzaba todas las fronteras estilísticas. Las aventuras subsecuentes de Oldfield en la suite, comenzando por “Hergest Ridge” (1974), nunca repitieron el milagro de su primer trabajo, a pesar del hecho de que “Ommadawn” (1975) e “Incantations” (1978) estaban construidas en cimientos más y más ambiciosos aparte de que Oldfield eventualmente le restaría valor al formato en favor de la canción soft-rock & pop, particularmente con “Moonlight Shadow” en 1982.

Sin embargo, la segunda generación de Canterbury estaba mejor representada por Henry Cow, fundadores del movimiento político y musical "Rock In Opposition". Con virtuosos tales como el guitarrista Fred Frith, el bajista John Greaves, el percusionista Chris Cutler, el teclista Tim Hodgkinson, y, más adelante, el tocador de oboe Lindsay Cooper, aumentaron el cociente de la inteligencia del rock progresivo. “Leg End” (1973), inspirado por el jazz-rock de Soft Machine y las suites orquestales de Frank Zappa pero también por el free-jazz y por la vanguardia disonante (“Nine Funerals Of The Citizen King”), fue simplemente el aperitivo para “Unrest” (1974) para sus sesiones/suites cerebrales, enrolladas, arduas pero también extravagantes, maravillosas y surrealistas. Los Henry Cow habían fundado un equilibrio mágico entre la composición y la improvisación. En su siguiente paso dieron buena muestra de ello con “Desperate Straights” (1974), el primer fruto de la fusión con el grupo multinacional Slapp Happy, con el teclista británico Anthony Moore, el vocalista alemán Dagmar Krause y el guitarrista estadounidense Peter Blegvad, del cual “Acnalbasac Noom” (1973) había sido un experimento intrigante de cabaret expresionista y música rock. Su segundo, y mejor, álbum en conjunto, “In Praise Of Learning” (1975), fue su testamento artístico: la rústica fusión de los primeros años había mutado en una forma de arte austera y erudita. Ese día fue explorada más adelante por Frith, Cutler y Krause como los Art Bears en sus cantos abstractos de “Hopes And Fears” (1978) y “Winter Songs” (1979).
Otros trabajos notables por músicos del sonido Canterbury incluyen al álbum “L” (1976) de Steve Hillage, quien tendería un puente entre la cultura hippy y la cultura rave en “System 7” (1991), y “New Jerusalem” de Tim Blake (1978).