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miércoles, 24 de abril de 2024

Jean-Michel Jarre-Equinoxe (1978)

Después de su antológico “Oxigene”, Jean-Michel Jarre dio un paso adelante con su siguiente obra “Equinoxe”, un álbum mas rítmico y soñador a través de diferentes paisajes sonoros, quizás no tan espacial como su predecesor muestra su lado más terrenal, como un viaje submarino en lugar de un viaje espacial, la música cambia para cada parte del álbum, desde ambientes atmosféricos hasta momentos más optimistas con capas de electrónica rítmica, presentada de tal manera que se vuelve extremadamente disfrutable y francamente adictiva.
Sin embargo Jean-Michel Jarre no abre con este trabajo nuevos caminos, pero lo que hace es más concretamente, lograr articular su ideología masiva basada en sintetizadores con un enfoque más sólido. Manteniendo la inteligencia para crear ambientes cautivadores y adornos sintetizados pegadizos, el renovado interés de Jarre en construir orquestaciones electrónicas bien elaboradas, le permite entregar y retratar un mayor sentido del orden y, por lo tanto, poner un mayor énfasis en las líneas melódicas básicas y su complementación con las armonías programadas y las capas de sintetizador etéreo.
Jarre también tiene especial cuidado en utilizar sub tonos percusivos en los arpegios programados y ambientar determinados pasajes. La producción de sonido también se siente un poco más fuerte, lo cual es bastante apropiado para la naturaleza del repertorio de este álbum. Las "Partes I y II" muestran esta tendencia bastante abiertamente, al igual que las "Partes IV y VII", los cuales son los momentos más poderosas del álbum. Los exquisitos motivos comprendidos en las "Partes IV y VII" alcanzan una postura casi épica, debido al constante despliegue de energía y al sutil uso de las reelaboraciones que van surgiendo, como la fuerte presencia de la Cuerda Solina que definitivamente ayuda a construir una sensación orquestal que parece estar flotando sobre las texturas y efectos electrónicos. "Part V" fue el sencillo del álbum, y no es de extrañar, ya que es bastante pegadizo y emana una vibra similar a la de 'Oxygene Part IV", mientras la "Parte VI" es básicamente una progresión minimalista de acordes secuenciados a lo "Radio-Activity" de Kraftwerk que establece un vínculo entre las "Partes V y VII". Finalmente, la "Part VIII", trae recuerdos ocasionales de un club bohemio en París (una sección que luego se llamaría 'Band in the Rain'), antes de que surja una grandilocuente repetición del tema principal de la "Part V" y el cual cierra un álbum de extraordinaria belleza y otro enorme éxito del músico francés.

jueves, 20 de julio de 2023

Jean-Michel Jarre-Magnetic Fields (1981)

En “Magnetic Fields”, Jean Michel Jarre actualizo su sonido para incorporar los últimos sintetizadores y unas nuevas técnicas de grabación, sin embargo lo adapto al enfoque compositivo general que había comenzado con “Oxygene” y “Equinoxe”, (la parte 5 del álbum, por ejemplo, es esencialmente una versión un poco más mainstream del tipo “facil escucha” que había agregado al final del álbum anterior). Como tal, forma el final de una trilogía de obras (“Oxigene”, “Equinoxe” y “Magnetic Fields”), que abarcan los últimos días de la era de los sintetizadores analógicos y en los albores de la era de los sintetizadores digitales; precisamente por esto, es de interés para cualquiera que tenga una apreciación por la historia de la música electrónica, y ayuda que sea un álbum muy agradable de escuchar por derecho propio.
De alguna manera este álbum supone también un ligero cambio en el sonido de Jean Michel Jarre, con una música más compacta, menos flotante, espacial y más centrado en el sampleo y el ritmo. Este fue uno de sus primeros trabajos en presentar muestras de voces humanas y elementos "cotidianos" en la música, algo que Jarre experimentaría masivamente en el siguiente "Zoolook", lanzado algunos años después de este.
La brillante suite de apertura de casi 18 minutos, (las cuales incluyen las "Partes I y IV"), supone uno de los temas absolutos de Jarre, una suite construida como una secuencia de dos motivos principales sucesivos, con un interludio de ensueño que proporciona una especie de espíritu cósmico. El primer motivo principal se basa en una serie dinámica de progresiones de acordes sintetizados, con muchas capas altísimas y armonías adicionales que continúan mostrándose en un crescendo sólido y elegante; el segundo tiene una sensación más orquestal, de esta manera con una arquitectura progresiva (lo más cercano al progresivo que puede ser el pop electrónico), siendo la "Parte IV" el momento más hermoso del álbum: con unas líneas melódicas evocadoras y sus capas relajantes que nos recuerdan a las "Partes IV" y "VII" de "Equinoxe”, pero con una atmósfera más serena. Mientras la "Parte V" es simplemente una rumba: Jarre aquí profundiza en lo latino y ofrece una interpretación de este prototipo de sensualidad criolla latinoamericana.
En definitiva este tercer trabajo del músico francés, (aunque en realidad era su quinta obra), resulto un trabajo extraordinario, tan ambicioso como sus predecesores y que sin llegar a sus ventas multitudinarias, si lograría encaramarse entre los primeros puestos de muchos países alrededor del mundo y unas ventas que superaron con creces los 4 millones de copias vendidas.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Jean-Michel Jarre-Oxygene 7-13 (1997)

En el mundo de la música rock, las segundas partes de un álbum exitoso no siempre fueron una continuación que tuviera primero una gran acogida y segundo, el prestigio de su predecesor.
Ejemplos hay muchos, desde los que fueron exitosos como el “Out Of Hell II” de Meat Loaf, o el “Tubular Bells II” de Mike Oldfield o hasta los rotundos fracasos o que fueron duramente criticados como “The Final Cut” de Pink Floyd, una clara secuela de The Wall, entre otras muchas.
En 1997 después de 20 años y siete álbumes de estudios, Jean Michel Jarre decidió continuar su antológico debut “Oxigene” de 1976, con una secuela a la que titulo “Oxigene 7-13”, en referencia a los naturales movimientos cronológicos que siguen al álbum original, el cual consta de seis piezas.
En esta continuación, Jarre muestra muchas similitudes entre ambos álbumes, con una producción dominada por los patrones melódicos habituales en el músico francés, sin que por ello suenen los típicos clichés, ni intente repetir los mismos esquemas sonoros, dándole un enfoque mas moderno debido a los sonidos tecnológicamente mas avanzados. Sin embargo Jarre renuncia en gran parte del elemento pasional original, sustituyéndolo por una considerable emotividad y un mayor dinamismo, logrando un álbum refinado y muy atractivo, aunque sin lograr superar su asombroso debut.

sábado, 26 de diciembre de 2020

Jean-Michel Jarre-Oxygene (1976)

Este es sin duda el disco de música electrónica más influyente e importante de la historia, además de ser el más vendido a nivel mundial del genero electrónico con más de 25 millones de copias alrededor del mundo. Hijo del compositor de bandas sonoras Maurice Jarre y destacado alumno de uno de los mas grandes músicos vanguardistas del siglo XX, como es Pierre Schaeffer, Jean Michel Jarre se inicio muy joven en el uso de sintetizadores y otros instrumentos electrónicos.
"Oxygene" fue el tercer álbum de Jean-Michel Jarre, (de los dos primeros casi nadie sabe de su existencia). En esta obra, los omnipresentes efecto wah-wah de manera cadenciosa y los sostenidos aplicados a los teclados intensamente de manera flotante son la nota predominante de Jean-Michel Jarre, un trabajo que se basa en las coordenadas de la música contemporánea repetitiva, utilizando estructuras cíclicas, Jarre se aferra a patrones melódicos y sonidos emulados de percusión que son capaces de competir con cualquier estribillo de música pop. Para esta magna obra Jarre se rodeo de un impresionante arsenal de sintetizadores, teclados, mellotrones y mini moogs, además de otros instrumentos de alta tecnología, todo ello usado de manera revolucionaria y sobre todo utilizando todos estos recursos de manera inteligente, logrando encontrar todas las posibilidades para producir un sonido con múltiples efectos envolventes, con patrones melódicos, atmósferas perturbadoras y sonidos apocalípticos y en cierta medida dramáticos.
Con esta obra monumental, Jarre lograría captar la atención de millones de seguidores alrededor del mundo e incluso hoy en día esta obra sigue siendo admirada y motivo de asombro.