El tercer álbum de Yes, fue el primero verdaderamente esencial de la banda británica, en el que todos los elementos magistrales que más tarde tipificarían su icónico sonido, estaban magníficamente presentes en esta entrega.
Si bien no está tan completamente realizado o pulido como las obras maestras posteriores “Fragile”, “Close To The Edge”, “Tales from Topographic Oceans” o “Relayer”, es un trabajo casi tan ambicioso y maduro como estos, y el cual los situaba en el panteón del rock progresivo de principios de los 70.
Y es que a medida que Yes iban creciendo en madurez, se volvieron más ambiciosos y experimentales, cambiando su formación (la primera de muchas), para adaptarse a sus ambiciones y necesidades.
En esta tercera entrega ya aparece Steve Howe, sustituyendo a Peter Banks, con el cual la banda tomaba otra dimensión a nivel tanto compositivo como instrumental.
Aquí aparecen tres de las mas grandes epopeyas de toda la carrera de Yes, para empezar "Yours Is No Disgrace", todo un clásico del rock progresivo, un tema dinámico, aunque sin llegar a la complejidad de las otras dos grandes piezas restantes como son las monumentales "Starship Trooper", un adelanto de lo que llegaría en los álbumes sucesivos y la atemporal "I´ve Seen All Good People", ambas divididas en varios movimientos, en donde la versatilidad de Howe, Squire, Kaye y White, son el perfecto contrapunto a la voz angelical y las místicas letras de un Jon Anderson inconmensurable.
Las menores "Clap", (una pieza incluida para reforzar las habilidades y la destreza del nuevo guitarrista Steve Howe), y la previsible y en cierta medida prescindible "A Venture", conforman la primera obra maestra de una de las mas grandes bandas de la historia de la música rock.