Con su decimoquinto álbum, Rush volvieron a reivindicar su sonido primitivo y básico del hard rock de sus inicios, ofreciendo un trabajo con canciones con menos complejidad y mas viscerales, desapareciendo casi por completo los sintetizadores y teclados tan presentes en sus álbumes de los ochenta.
Incluso las letras se tornan mas genéricas y abstractas a excepción de la letra de “Nobody`s Hero”, la cual suscito cierta polémica por sus explícitas referencias a la homosexualidad y el sida. En el resto la banda continua tratando temas como la intolerancia, el crimen o la ambición humana.
Los poderosos riffs de guitarra de Alex Lifeson cobran aquí nuevamente el rol principal dotando el sonido cercando al hard rock como queda demostrado en los cortes “Animate”, “Stick it Out”, “Cut to the Chase”, “Double Agent” o en la excelente instrumental “Leave That Thing Alone”.
En contrapunto a estas aparecen la mencionada “Nobody´s Hero”, o las edificantes “Alien Shore” y “Everyday Glory”, las cuales nos retraen sutilmente a los sonidos de sus álbumes de los 70.
Para muchos de sus fans y gran parte de la critica, este fue el mejor álbum de la banda en la década de los 90, el cual lograría un numero dos en las listas del Billboard y varios discos de oro y platino por sus ventas en el mercado norteamericano.