domingo, 4 de diciembre de 2011

Popol Vuh


Si algo caracterizaba al krautrock, era que gran parte de los grupos alemanes que se encuadraron dentro de este genero, perseguían objetivos musicales muy diferentes, contribuyendo así a definir un amplio abanico musical y escénico bastante heterogéneo, en donde grupos tan dispares hacían un fuerte común a la causa, ya sea por el robótico estilo de Kraftwerk, el sonido cósmico de Tangerine Dream, la agresividad de Faust, el progresismo de Eloy, el estilo hipnótico de Can o las dulces y estáticas composiciones de Popol Vuh.
Este ultimo grupo nacido en los suburbios de Múnich, debe su original nombre al libro sagrado “Quiche”, una tribu de indios descendientes directos de los Mayas.
Fundado por el teclista Florian Fricke, un virtuoso del moog y los sintetizadores, que reclutaría a Frank Fiedler, teclados y a Holger Trulzsch en las percusiones y debutan con el álbum “Affenstunde” (1970), en donde la unidad material e inmaterial de los sonidos y del microcosmos humano, y con mucho énfasis en la meditación mística e esotérica, es la predominante del álbum y con una nula aparición de melodías o ritmos sostenidos.
Este misma formula se repetía mas si cabe, en el segundo disco, “In den Garten Pharaos” (1971), en el cual intentaban concebir un potente medio terapéutico capaz de obrar sobre el espíritu y restituir la armonía y el equilibrio, por lo tanto un álbum hipnótico a la vez que sofisticadísimo.
Este álbum supondría en cambio una mayor instrumentación acústica en detrimento de la electrónica y que se demuestra claramente en su siguiente obra “Hosianna Mantra” (1972), un tremendo disco cósmico lleno de encanto con mucha espiritualidad cristiana y el mantra junto a las placenteras voces de la soprano coreana Djong Yun.
Pero además de todo esto y junto con el abandono de los sintetizadores en favor de guitarras y percusiones, el grupo tuvo por primera vez la ayuda externa de colaboradores que ayudaron a pacificar su música, músicos como el guitarrista Conny Veit, el oboe de Robert Eliscu, los violines de Fritz Sohnleiter o las percusiones de Klaus Weise.
Llegados a este punto las tradiciones del fundamentalismo budista y del hinduismo seguían alimentando las asombrosas ideas de Fricke, que terminarían por el abandono de sus germinales compañeros.
Aún así sus colaboradores en el anterior álbum participaran en la siguiente obra “Seligpreisung” (1973), en el cual Fricke nos acerca a la Biblia y se inspira en las
“Bienaventuranzas”, (Mateo 5, 1.12 y en Lucas 6, 20.26), según el, los retratos más fieles de Jesucristo y el modelo de vida más puro que el mismo nos propuso.
“Einsjager & Siebenjager” (1974), su siguiente obra nos dejaba una música más simple y delicada e incluso mucho más conmovedora, llena de cálidos matices poéticos, convirtiéndose para Fricke en una plegaria.
En “Das Hohelied Salomos” (1975), Fricke continuaba con los textos sagrados iniciados en “Seligpreisung”, aquí era el Rey Salomón y sus salmos el aludido.
En estos dos últimos trabajos Fricke había constituido nuevamente un verdadero grupo, y sus viejos colaboradores como Yung o Fichelscher habían pasado de pleno derecho a formar como miembros de Popol Vuh, además se unirían los músicos Alois Gromer, sitar y Shana Kumar, tabla.
Un año después y junto a Fichelscher grabaría “Letze Tage-Letze Nachte”, un disco que daría paso a “Yoga”, grabado ese mismo año en donde el propio Fricke junto a un nutrido grupo de músicos indios hacia un tributo a todos los adeptos a esta disciplina oriental.
A partir de aquí y ya entrada la década de los ochenta Fricke seguirá publicando obras de mayor o menor entidad, algunos de ellos muy meritorios, como “Die Nacht der seele”, junto al cantante de Amon Duul II; Renate Knaup (1979),  “Sei Still, Wise ICH Bin” (1981) el cual tuvo la colaboración de Klaus Schulze, “Ágape Ágape” (1983 o “Spirit of Peace”, este ultimo de hermosa factura.
Además intensificaría sus colaboraciones con el director de cine Werner Herzog y prestaría su talento para la composición de algunas de sus bandas sonoras, “Nosferatu” (1978), “Fitzcarraldo” (1982) o “Cobra Verde” (1988).
“For You and Me” (1981), “City Raga” (1995), “Shepherd´s Symphony-Hirtensymphonie” (1997) y “Messa di Orfeo” (1999), serian los últimos trabajos publicados por Fricke.
Desgraciadamente varios años después, Florian Fricke fallecería en Múnich (2001) dando por terminada la historia del grupo definitivamente.