Después del éxito abrumador que supuso el tercer álbum de Def Leppard, “Pyromania”, con un repertorio cargado de heavy metal comercial con acercamientos al pop y que lograría unas fastuosas ventas que hoy en día superan con creces los 25 millones de copias, la banda se enfrentaba al dilema casi imposible de superarlo con un nuevo trabajo.
Cuatro años después llegaba “Hysteria”, con el cual no solo lo superaría en el plano comercial logrando unas ventas aún muy superiores, sino que creativamente significaría su trabajo mas glorioso.
Al mismo tiempo seria su álbum mas polémico, al ser acusado de sobreproducción por parte del ingeniero de sonido Mutt Lange, hecho este que sin embargo no lastra en absoluto un trabajo tan soberbio y magnifico como este.
Habría que matizar un dato crucial para entender esta nueva entrega, y es que tres años antes había ocurrido un hecho significativo y que marcaría el futuro de la banda, su batería Rick Allen perdería uno de sus brazos en un fatídico accidente automovilístico. Llegados a este punto el resto de la banda decidiría seguir contando con su compañero al frente de las baquetas, que después de una larguísima recuperación y a pesar de su discapacidad volvería a ejercitar como el baterista del grupo utilizando una combinación de batería acústica y electrónica que manejaba con pedales con un mecanismo sofisticado fabricado expresamente a su medida.
Musicalmente el álbum muestra la impronta melodía pop fusionada con los contundentes sonidos del heavy metal bien representados en las gloriosas “Rocked”, “Animal”, “Put Some Sugar On Me”, “Women” o “Armageddon”, sublimes e intensas baladas como “Love Bites” e “Hysteria” o potentes y adictivos cortes como “Excitable” y “Don´t Shoot Shotgun”.