Billie Holiday es una de las grandes divas del jazz, de ella se llego a decir que su voz cambio para siempre el arte de cantar. Su vida fue siempre turbulenta, desde su infancia Holiday tendría una vida difícil y convulsa. Su carrera artística comenzaría siendo casi una adolescente a principios de los años 30 cantando en clubs de mala muerte en Nueva York. Algún tiempo después y gracias a su forma de manipular su fraseo y su estilo vocal, lanzaría su primera canción registrada "You Mother´s Son-In-Law" (1933), con la cual obtendría cierto prestigio en los ambientes jazzisticos de la ciudad. A partir de aquí sus colaboraciones junto a mitos como Count Basie, Lester Young o Artie Shaw entre otros muchos, fue constante en docenas de grabaciones inmortales. Sin embargo su tumultuosa vida sentimental y personal le pasaban factura, consumiendo alcohol y drogas, un hecho que le acarrearía muchos problemas como su paso por prisión durante un año por posesión de heroína. En 1958 lanzaría su penúltimo álbum antes de morir, este "Lady In Satin", junto a los arreglos y la orquesta de Ray Ellis, en donde la cantante en un lamentable estado de forma, agotada y totalmente devastada por sus adicciones, lograría captar en una serie de canciones, su tremenda vulnerabilidad, con su voz rota y ronca, transmitiendo una gran intensidad emocional y sobrecogedora, fundiendo la melancolía, los sinsabores agridulces de su vida con cierta indulgencia y alegría. Sin duda alguna este fue el mejor epitafio de una de las grandes novelistas de la historia del jazz y de la música contemporánea.