En ese momento la banda estaba presentando su trabajo "Turn Of The Tide" y hay que recordar que en Alemania eran igual de populares que otras grandes bandas como Yes, Genesis o ELP.
Para muchos, este concierto tuvo algunas connotaciones políticas, como la recepción por parte de las autoridades de la ciudad y el inicio con el emblemático tema "Berlín".
Como anécdota, en este concierto, que sería prácticamente diez años antes de la caída del Muro, parte de los altavoces se situaron concienzudamente para que la gente detrás del muro también pudieran escuchar el concierto. Esa parte de la ciudad era el Berlin Oriental o lo que es lo mismo la Alemania del Este, que estaba detrás del muro, pero su confinamiento era eterno, o eso se pretendía.
Para entonces, la banda ya se había reducido a un trío (Holroyd-Lees-Pritchard), y fueron apoyados por Kevin McLea y Colin Browne tanto en teclados como en otros instrumentos.
El concierto fue todo un espectáculo con una banda que sonaba perfectamente compenetrada y con un sonido abrumador y con un magnífico repertorio de canciones protagonizadas por el precioso "Living Is Easy", el nostálgico "Mockingbird", el épico "Hymn" o el emocionante "Children of the Universe". Dos años después fue publicado un álbum en directo donde recogía gran parte de ese concierto y el cual obtuvo un gran éxito, principalmente en Alemania y en toda Europa. Esa tarde memorable ante más de 250 mil personas, la Barclay James Harvest, entró en la historia de Berlín por la puerta grande para siempre.
Aún así, el grupo nos deja una suite enorme, la que le da título al disco y que se convierte en una de las piedras angulares del rock progresivo.
Mención especial es el trabajo a los controles de ingeniería de Alan Parsons, que logra un sonido glorioso, con todos los instrumentos sonando de manera sublime.
En "Fat Old Sun", ya se podía intuir hacia dónde iría la banda cuando componía David Gilmour, y en "Alan's Psychedelic Breakfast", encontramos a los Pink Floyd que sonaran unos años después con una pieza soberbia, donde Wright y Gilmour están increíbles, con un sonido excelso que dejaba claro el futuro de Pink Floyd.
El álbum fue un gran éxito en los Estados Unidos y en el Reino Unido, así como en muchos otros países, logrando ventas que superaron con creces el millón de copias.
En 1995 una banda novel llamada Atlantic debutaba con un sorprendente y soberbio álbum titulado "Power", el cual pronto fue catalogado como uno de los grandes álbumes del rock melódico. La tristemente desaparecida compañía "Music For Nations" fue la encargada de publicar este imprescindible trabajo lleno de inmensas melodías que hicieron disfrutar a los fans del genero de medio mundo y que hoy en día siguen sorprendiendo a todo el que los descubre por primera vez.
Grandes canciones como "Power Over Me", "Nothing to Lose", o "Every Beat of My Heart" son más que suficientes para definir lo que Atlantic hizo en ese álbum. Si no fuera por la producción del disco, algo justa, sería una grabación considerada una obra maestra. Aún así, entra en el grupo de bandas que habiendo editado un solo disco alcanza la categoría de mitos dentro del estilo.
Un disco que mantiene la magia después de 25 años y que con toda seguridad perdurará en el tiempo.
