Podríamos afirmar con toda seguridad que el hard-rock señaló el final de los creativos años 60, confirmando de esta manera una forma de consolidar una instancia militante menos "confrontacional". Musicalmente, el hard-rock era el punto final de una evolución del blues, hasta esos momentos se había visto a los músicos blancos de clase media reinventar la música de los negros esclavizados como un entretenimiento para la juventud occidental. El hard- rock seguía basado en el blues, como el rock 'n' roll lo había sido, pero era un tipo de música más rápida, más ruidosa y más fuerte, que enterraba el sufrimiento de la gente negra bajo miles de decibelios.
Entre los germinales grupos que “inventaron” el hard-rock estaban Steppenwolf, Cream, Blue Cheer o Guess Who, por citar solo algunos de los mas fundamentales y que ya habían enfatizado la amplificación y centraban la canción alrededor del riff de guitarra y quienes eran ciertamente la mayor influencia de las bandas británicas que "inventaron" el hard-rock.
Sin embargo, Led Zeppelin, formado por el ex guitarrista de los Yardbirds, Jimmy Page y el protegido de Alexis Korner, Robert Plant, fueron, antes que nada, hijos del blues. Sin embargo, las sesiones de su primer álbum “Led Zeppelin I” (1969), introducían un acercamiento histérico la música negra que aún los negros no habían soñado nunca, culminando con la cima epiléptica de “Communication Breakdown”. El sonido de Led Zeppelin, era una extensión del blues eléctrico que se basaba en tres factores: un ritmo más rápido, casi frenético; un aullido fuerte y abrasador que casi parodiaba a los "gritones" negros y que tenía sobre-tonos psicóticos; y una guitarra poderosa tocando con gran imaginación con sobre-tonos místicos. El melodrama de canciones tales como “Whole Lotta Love” (1969) era roto continuamente por los riffs de la guitarra y vocales delirantes. Cream había tocado blues-rock como música cerebral: Led Zeppelin tocaba el blues-rock como una sublime música corporal. Desde “Immigrant Song” (1970) a “In The Evening” (1979), Led Zeppelin fueron principalmente una idea del rock 'n' roll para una nueva clase de audiencia. Los elementos secundarios que se habían escapado en los primeros álbumes, emergieron vigorosamente en “Led Zeppelin IV" (1971), “When The Levee Breaks” fue su canción más original, (casi psicodélica), inspirada por la tradición folk, y “Stairway To Heaven” fue la combinación de su alter ego "suave" y espiritual, convirtiéndola en genial y majestuosa. A cada nuevo álbum le sucedía un asombro general, parecía que dominaban todos los estilos o por lo menos que no se encasillaban en uno solo, bajo la base del blues y el hard rock poderoso experimentaron con el folk en “Led Zeppelin III” (1970), experimentos sonoros con acercamientos a la música étnica y al rock progresivo en “Physical Graffiti” (1975) o tremendos zarpazos de blues-rock en sus primeras dos obras “Led Zeppelin” (1969) y “Led Zeppelin II” (1969). El éxito de Led Zeppelin tuvo un impacto poderoso y abrumador en la industria discográfica: definió el álbum de larga duración como el medio del rock. Ellos nunca tuvieron un "éxito" mayor en las listas como singles, pero gobernaban en los álbumes, en las ondas de radio y los estadios. La industria se dio cuenta y siguió su esencia y empezó a promocionar álbumes más que las canciones individuales. Definitivamente Led Zeppelin habían revolucionado el mundo del rock literal y totalmente. Otra fuente de vibraciones pesadas era Detroit. Detroit tenía los feudos de los elementos más extremos de la contracultura (por ejemplo, los White Panthers), pero, y más en concreto, era la ciudad más industrial de los Estados Unidos. Así como los cantantes de folk habían sido la voz natural de los intelectuales de Greenwich Village, la música surf había sido la voz natural de la diversión en California, el Mersey-beat había sido la voz central de "swinging London" y el acid-rock había sido la voz natural de los hippies de San Francisco, un tipo de rock 'n' roll feroz y ruidoso se convirtió en la voz natural de los obreros de Detroit y de sus hijos. Había algunos precedentes para el muro de gritos y riffs de Detroit (Blue Cheer en California era el más notable). El grupo casi humilde Frost le dio a la ciudad su manifiesto definitivo en “Rock And Roll Music” (1969).
A partir de aquí llegaron los MC5, dirigidos por el líder de los White Panther, John Sinclair, y por el guitarrista Wayne Kramer, ellos representaban la escena revolucionaria de los disturbios estudiantiles y usaban el rock´and´roll como un instrumento de protesta poderoso. Su sonido abarcaba la furia y el sarcasmo de los extremistas, sus letras desafiaban todos los estándars morales. Sus shows en vivo eran orgasmos salvajes y colectivos en los cuales la banda soltaba un una furia monstruosa y caótica en la audiencia. “Kick Out The Jams” (1969), permanece como uno de los álbumes más orgiásticos, aterradores y viscerales se hayan lanzado jamás, bacanal grotesco de habilidades musicales atroces y primitivas, un asalto formidable en la realidad, el equivalente en el rock 'n' roll de una explosión nuclear, sonaba como si el free-jazz y el acid-rock hubieran sido azotados salvajemente dentro de un acelerador de partículas. El hecho de que el siguiente, “Back In The USA” (1970), fuera tan inferior es prueba que la obra maestra se debió a los espíritus de una época completa y no de un grupo particular de músicos. No menos salvajes, The Stooges aparecieron con una proposición más musical. En su primer álbum “Stooges” (1969) tomaron ideas de Chuck Berry, Rolling Stones, Velvet Underground y The Doors (riffs pesados, cantos obscenos, vocales libidinosas y guitarras distorsionadas) y lo llevaron al límite. “We Will Fall Venus In Furs”, “1969”, “No Fun”, “I Wanna Be Your Dog”, “Sweet Little Sixteen” o “Waiting For My Man”, sonaban a alguna de las anteriores bandas o tenían claras influencias suyas. El atractivo sexual de Mick Jagger, la guitarra erótica de Jimi Hendrix, la perdición chamánica de Jim Morrison, o los rituales degenerados de Lou Reed, encontraron en los Stooges un nuevo vehículo para una nueva generación, que ya no era idealista sino simplemente frustrada, abrazaron la imagen del punk degenerado, y le llevaron a un nuevo nivel de realismo, dejando atrás los sobre-tonos míticos de la era hippy y regresando a sus dimensiones originales de desafío y vulgaridad. Así los Stooges alcanzaron una síntesis histórica de tanto estilos musicales y significados sociológicos. “Fun House” (1970), cuyo “TV Eye” virtualmente inventó el voodoobilly, y cuyo tema “1970”, virtualmente inventó el punk-rock, y continuaban la saga, mientras que “Raw Power” (1973), derivaba hacia el glam-rock respetable y de paso se convertiría en la nueva carrera de su vocalista Iggy "Pop". Cada pedazo de la música de los Stooges era militante, aunque no hacían ninguna referencia a la política. Y cada pedazo de eso era pornográfico: cada nota, cada acorde, cada riff era un innuendo sexual. La mezcla de guitarras agresivas, vocales crudas y ritmos sólidos era un Kama Sutra sónico. En definitiva MC5 y los Stooges habían creado una nueva clase de rock 'n' roll, una fundada en la violencia musical extrema. Pero volvamos a Gran Bretaña, en donde la forma "no política" del hard-rock generó la misma clase de reacción histérica que el Mersey-beat y el rock progresivo habían generado, docenas de bandas adoptaron el nuevo estilo con pocas o ninguna variación entre unas y otras. Entre las menos predecibles estaban Free, con el vocalista Paul Rodgers, el excelente guitarrista Paul Kossoff y la extraordinaria sección rítmica de Andy Fraser y Simon Kirke, ellos fueron notables por el blues-rock visceral de temas como el himno “All Right Now” (1970), o el majestuoso album “Fire And Water” (1970), otra imprescindible banda de la época eran los Status Quo, cuya experiencia en la psicodélia y el rock culminaban en álbumes como “Picturesque Matchstickable” (1968), “Ma Kellys Greasy Spoon” (1970) o “Dog Two Heads” (1971), de Irlanda despuntaba un grupo llamado Thin Lizzy, formación clásica de guitarra doble a lo Wishbone Ash, con un líder mestizo Phil Lynott, genial y controvertido que produjo discos de gran factura como “Thin Lizzy” (1971), “Shades of a Blue Orphanage” (1972) o posteriores obras maestras como “Jailbreak” (1976); también a inicios de los 70 aparecieron UFO quienes fueron pioneros en el Space-rock-metal como dejaron bien demostrado en trabajos como “Flying” (1971) o “UFO1” (1972), derivando su estilo posteriormente a un hard-rock más convencional; “Force It” (1975). En 1969 un teclista con una fuerte educación clásica llamado Ken Hensley funda Uriah Heep junto al guitarrista Mick Box y al cantante David Byron, pronto son proveedores de atmósferas góticas y medievales; e incluso rozan el rock sinfónico, sin duda por la aportación de Hensley, firman álbumes espectaculares como “Very´Umble Very éavy” (1970), o geniales como “Demons and Wizards” (1972). En 1966 de uno de los barrios más marginales de Wolverhapton sale una banda llamada Slade, quienes unieron la imagen de holligans de la clase trabajadora con himnos pegajosos tales como “Cum On Feel The Noise” (1973) o álbumes de gran calibre como “Slayed” (1972), luego parte de la critica les coloco tal vez injustamente en el movimiento glam-rock y no fueron muy bien considerados entre los asiduos al hard-rock aunque si entre los post-punks. Una versión pop y glam del hard-rock fue fabricada por los escritores Nicky Chinn y Mike Chapman y por el productor Mickie Most, primero para Sweet, para quien escribieron “Blockbuster” (1972) y “Ballroom Blitz” (1973), y después con el grupo de Detroit, Suzi Quatro, quienes lanzaron “Can The Can” (1973) y “Devil Gate Drive” (1974). Dos de las mejores bandas nacieron de las semillas de los Small Faces: por un lado Humble Pie, con Peter Frampton y Steve Marriott y dejándonos uno de los álbumes de rock en directo más memorables de la historia el “Perfomance: Rockin´at the Fillmore” (1971), y por otro The Faces, con el vocalista Rod Stewart y el guitarrista Ron Wood (ambos antiguos miembros de la Jeff Beck Group), cuyo álbum “A Nod Is As Good As A Wink To A Blind Horse” (1971) permanece como uno de los ejemplos más vivos del soul-rock blanco. Varios años antes un estudioso de la música clásica y teclista llamado Jon Lord funda Deep Purple junto al excéntrico guitarrista Ritchie Blackmore y el formidable batería Ian Paice, quienes empezaron como imitadores tardíos del rock progresivo y rock neoclásico, cuyo mejor ejemplo es “Concerto for Group and Orchestra “(1970) y el melodrama psicológico “Child In Time” (1970), pero pronto se unieron a las filas del hard-rock con los ataques de rock supersónico con las obras maestras “In Rock” (1970), “Machine Head” (1972) y el legendario directo “Made in Japan” (1973). Pronto debido a la técnica de guitarra altamente simplificada de Ritchie Blackmore y los excesos orgánicos de sus ejecuciones extensas se convirtieron en los estereotipos del hard-rock, convirtiéndose junto a Led Zeppelin como los grandes abanderados del estilo. Pero fueron quizás Black Sabbath, la banda más influyente y fundamental de todas para el devenir de lo que luego seria el heavy-metal y esto era de por sí muy difícil o casi imposible, Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Gezzer Butler´s y Bill Ward tenían las habilidades requeridas para tocar el hard-rock en su máxima expresión, pero sus riffs distorsionados y florecientes, sus monstruosos grooves, sus ritmos marciales, su canto monótono y sus temas de horror, evocaban la visión de un universo futurista medieval, y pusieron los cimientos para el heavy metal y del que posteriormente surgieron el black metal o el doom-metal. Las proezas melódicas e instrumentales eran componentes de sus trabajos más típicos, “Black Sabbath” (1970) “Paranoid” (1971) “Master Of Reality2 (1971) “Vol.4” (1972) o “Sabbath Bloody Sabbath” (1973). Ellos no fueron los inventores de la música gótica, pero si fueron los primeros en transformarla en un nuevo género. Ellos fueron el ataque final a los rockeros, hippies, cantautores y cualquier otro que valorara el contenido sobre la forma. En 1971 se formaba Queen quienes fueron los bufones del movimiento hard-rock, y muy al principio catalogados como banda de glam-rock. Con un glamoroso front-man como Freddie Mercury y un técnicamente innovador guitarrista llamado Bryan May, tomaron ideas del rock progresivo y del music-hall muy bien reflejados en la escenificación de “Killer Queen” (1974) y del gospel con “Somebody to Love”, (1976); Aplicaron técnicas de producción fantásticas en “A Night At The Opera” (1975), con temas como “Bohemian Rhapsody” dignas de una opereta de Frank Zappa, y se convertirían en la quintaesencia del rock "ostentoso" con himnos como “We Are The Champions” o “We Will Rock You” (1977), para luego convertirse en super estrellas del hard-soft con álbumes menos transcendentales como “Works” ( 1984) o “Kind of Magic” (1986). De las cenizas de Free surgió Bad Company, de ese grupo provenían el vocalista Paul Rodgers y el batería Simon Kirke, Boz Burrell procedía de King Crimson y Mick Ralphs de unos extintos Moot The Hoople, en definitiva una súper formación que tomaron prestado la esencia del boogie sureño y le agregaron un tono lascivo, como dejaron bien sentado en álbumes como “Bad Company” (1974), “Straight Shooter” (1975) o “Run with The Pack” (1976), para luego ir por caminos muchos mas melódicos y en donde rozaban el A.O.R. con “Dangerous Age” (1988) o “Holy Water” (1990).