A finales de los ochenta, The Stone Roses presentaban su álbum debut en el cual mostraban la cara alegre y desenfadada del llamado britpop, con una serie de canciones que heredaban los sonidos del pop-rock de The Beatles y el folk psicodélico de The Byrds de los años 60. Fundados en la ciudad de Manchester unos años antes por el vocalista Ian Brown junto al bajista Gary "Mani" Mounfield, al baterista Alan John "Reni" Wren y al guitarrista John Squire, crearon una colección de piezas melódicas y muy sencillas con sabor contemporáneo. Este debut es considerado una de obras fundamentales en el desarrollo y la evolución del denominado movimiento Manchester de finales de los 80 y principios de los 90. Desde marcos psicodélicos "Don't Stop", hasta los acordes y las atractivas voces de "Waterfall", pasando por las destacadas pop rock "I Wanna Be Adored", "Made of Stone" y "Bye Bye Badman", la hermosa "Lizabeth My Dear" o la compleja "I Am the Resurrection", conforman entre todas un trabajo que fue muy apreciado por la critica y un rotundo éxito en las listas de medio mundo.