Este fue el primer álbum de Elvis, y al mismo tiempo el primer trabajo para el sello RCA, ya que nunca antes había publicado ningún Lp con su discográfica anterior la Sun Records. Sin embargo cinco de las canciones incluidas en este primer álbum, pertenecen al sello originario de Memphis.
Grabado durante los primeros meses de 1956 entre los estudios de Sun Records en la ciudad de Memphis y los estudios que la RCA tenia en Nashville y Nueva York.
Para dicha grabación, el plantel de músicos que acompañaron a Elvis, estaba compuesto por el guitarrista Scotty Moore, el batería D.J. Fontana, el bajista Bill Black, los pianistas Floyd Cramer, Marvin Hughes y Shorty Long, los coristas Ben Speer, Brock Speer y Gordon Stoker, el guitarrista Chet Atkins y la producción correría a cargo de Sam Phillips.
Este álbum es fundamental para situar al rock'n'roll como una base futura de la llamada música del siglo XX, además de que él mismo se confirmaría como una leyenda con el famoso eslogan; aquel blanco que cantaba como un negro.
El disco es un equilibrio perfecto de música entre los dos estilos, la técnica de los blancos y el espíritu de los negros, amasando una ecléctica mezcla de estilos como el rock and roll, el rockabilly, el rhythm and blues, el gospel o el country, dejando una colección de canciones todas ellas ya legendarias; “Blue Suede Shoes”, “Tutti Frutti”, “Blue Moon”, “Money Honey”, “Just Because”, “I Got a Woman” o “Tryin´To Get In You”.
A partir de aquí la carrera, ya de por si meteórica, del joven Elvis Presley le convertiría en el rey absoluto del rock en las siguientes dos décadas.