Estamos ante un álbum que siempre terminaba en el cajón de las ofertas en las tiendas de discos, debido principalmente porque casi nadie les prestaba atención estando en la sección de heavy metal, rodeado de otros discos de bandas mas mediáticas como Iron Maiden, Mortorhead, Scorpions o Judas Priest, entre otras muchas mas. Sin embargo Quartz no son solo fueron una de las germinales bandas del nuevo movimiento del heavy metal británico de los años ochenta, fueron además una de las mas talentosas, hasta el punto de que llamaría la atención del guitarrista de Black Sabbath Tony Iommi, el cual llego a producirles su primer álbum, en el que incluso colaboran Ozzy Osbourne y el guitarrista de Queen, Brian May. Fundada casi a mediados de los 70, su formación más clásica estaba compuesta por Mike Taylor (Voz), Derek Arnold (bajo), Mick Hopkins (Guitarra) y Malcolm Cope (Batería). Con su segunda entrega "Stand Up And Fight", la banda británica mostraba su excelente mezcla entre el pesado hard rock de los 70 y el vertiginoso heavy metal de la nueva década de los 80. Un album trepidante de principio a fin, con una series de acelerados y contundentes temas como "Wildfire", "Stocking Up The Fires of Hell", "Charlie Snow", "Rock´n´Roll Child" o "Stand Up and Fight". Sin embargo pese al enorme talento compositivo e instrumental, pasaría desapercibido, algo que también ocurriría con el siguiente "Against All Odds" (1983), precipitando la disolución definitiva de Quartz algún tiempo después.