Para muchos críticos y seguidores del AOR y el rock melódico, Boston fueron los inventores de este género, y ya con su primer disco, el mundo entero se asombraría con lo que ofrecieron en ese monumental trabajo, convirtiéndose al mismo tiempo en uno de los discos debut más antológicos y geniales de la historia de la música rock y uno de los comercialmente más exitosos.
Varios años mas tarde la banda publicaría este "Don't Look Back", un trabajo que se editó más por las presiones del sello Epic Records, que por la voluntad de la banda y en particular de su líder Tom Scholz.
Este disco es un trabajo que continua por la senda del anterior y aportó pocas novedades con respecto aquél, pero que sin embargo mantuvo un altísimo nivel de composición, calidad y coherencia.
Canciones como la honorable "Don´t Look Back", la balada "A Man I´ll Never Be" o himnos rockeros como "The Journey" y "It's Easy" se convirtieron de inmediato en obras maestras del rock, con un trabajo sensacional de guitarras y un espectacular y grandilocuente sonido.