En 1967 Grateful Dead habian publicado su primer álbum debut titulado genericamente “Grateful Dead”, un trabajo con un repertorio de canciones aún poco definidas e influenciadas por el blues y la gran personalidad de los músicos de la banda.
Después de ello el grupo se ampliaría con el teclista Tom Constanten y el percusionista Mickey Hart, dos músicos que serán fundamentales en el devenir de la carrera del grupo en los próximos años.
Por entonces el resto estaba formado por el guitarrista, líder y su alma máter Jerry Garcia, el batería Bill Kreutzman, el bajo Phil Lesh, el teclista Ron McKernan y el guitarrista Bob Weir.
Con esta formación la banda publico su primera gran obra maestra “Anthem Of The Sun” en 1968, al que seguirá un año después otra obra fundamental como “Aoxomoxoa”, trabajos en donde queda reflejado el impresionante poderío del grupo, con sus entramados y originales temas, sus jams instrumentales, las atmósferas difusas y los larguísimos solos de todos sus virtuosos músicos.
Sin embargo era en directo cuando Grateful Dead sabian sacarles el máximo rendimiento y las grandes posibilidades a su repertorio; con extensas exhibiciones que se prolongaban hasta el amanecer y en las que el publico quedaba atónito por la avalancha de sonidos creativos y apoteósicos.
Debido a estas memorables actuaciones crecería en torno al grupo un fenómeno llamado los “Deadheads”, multitudinarios grupos de fans organizados por todos los Estados Unidos, que nunca les abandonaron, hasta la disolución de la banda en el 2015, aún así, hoy en día el movimiento “Deadheads” es uno de las mas poderosos e influyentes que existen en los Estados Unidos.
Para divulgar lo mejor posible la magia de aquellos conciertos, se publico el doble álbum “Live Dead”, que aparecería casi a finales de 1969 y que esta constituido por un repertorio extraído en diferentes noches en el Fillmore West de San Francisco durante los primeros meses de 1969.
Pero también fue lanzado para de alguna manera paliar y compensar la deuda que Grateful Dead habían contraído con la Warner Bros con su álbum “Aoxomoxoa”, que debido a la extensa y minuciosa producción, les había costado la friolera de 180 mil dólares.
Dicho álbum en su momento no tuvo unas grandes ventas, pero no obstante sus directos si estaban obteniendo un aumento significativo de un publico de culto, gracias a sus prolongados shows, que oscilaban entre las tres y seis horas de concierto cada noche.
Hay que matizar que Grateful Dead fueron una banda excepcionalmente dedicada a la perfección de la interpretación, la originalidad musical, la producción de sus grabaciones y las vastas improvisaciones en vivo. En este punto no debemos olvidarnos de su famoso y mítico “Wall Of Sound”, un enorme y sofisticado sistema de sonido fabricado exclusivamente para la banda y del que tenéis mas información en el enlace del final del post.
“Live Dead” comienza con la monstruosa y monumental “Dark Star”, que con sus 23 minutos de duración es sin duda el “Santo Grial” de los mencionados “Deadheads”, y uno de los temas de vanguardia y exploración que se convirtió en una forma de arte en el rock. Construida sobre dos simples acordes principales, es sin duda el pasaje sonoro mas completo y complejo de la banda y requiere una cantidad sobrehumana de telequinesia, confianza y...LSD ( el estupefaciente preferido de la banda y sus seguidores) para su escucha y comprensión (o por lo menos eso manifestaban los miembros del grupo y los fans).
En su momento mas indulgente, los Dead podían tocar “Dark Star” durante literalmente horas sin parar, divulgando en muros de retroalimentación, exploración de vanguardia y largas improvisaciones, antes de volver a los dos simples acordes iniciales.
El resto de este doble álbum esta compuesto por la destartalada y psicodélica “St.Stephen”, la brillante “The Eleven”, el largo blues experimental “Turn On Your Love Light”, el cadencioso blues “Death Don´t Have No Mercy”, y la vanguardista y lisérgica “Feedback”.
“Live Dead” esta considerado para los mas puristas en la música en vivo, como el mejor registro en directo de la historia, fundamentalmente por que nunca nadie sonó tan sobrenaturalmente como ellos lo hicieron en sus memorables y únicos shows de aquellos añorados años.