Un año después de su impactante debut, Bad Company regresaron con un nuevo álbum en donde volvían a mostrar las mismas armas con las cuales fueron la banda sensación dentro del hard rock en 1974. Sucesores de los míticos Free, Bad Company heredaron de esa formación su amor por el blues, que lo aderezaron con toneladas de rock duro y mucho feeling, al mismo tiempo que un plus añadido de enorme calidad en sus arreglos. Estaba claro que el pasado de todos sus integrantes fueron el fruto de todos esos alicientes, Paul Rodgers y Simon Kirke, cantante y baterista respectivamente procedían de Free, el bajista Boz Burrell de los King Crimson y el guitarrista Mick Ralphs de los Mott The Hoople.
Así pues “Straight Shooter” continuaba la senda empezada con su antecesor, con ese rock añejo, unos arreglos perfectamente alienados y efectivos, riffs potentes con grandes influencias blues y un rock solido y adictivo. Con este álbum la banda liderada por Paul Rodgers dejaba claro que su debut no había sido flor de un día y se sacaron de la manga esta antológica continuación que mantuvieron unas altas expectativas con los fans y una excelente recepción tanto de critica como comercialmente.
Un lanzamiento que contiene un irresistible repertorio de grandes temas, empezando por las magistrales “Shooting Star” y “Feel Like Makin´Love” las cuales muestran el lado melódico de Bad Company, mientras las poderosas hard rock “Good Lovin´Gone Bad”, "Wild Fire Woman” y “Deal With The Preacher” muestran su faceta mas dura, mientras la vena melancólica esta reflejada en la tierna balada “Call On Me”.
Con este nuevo trabajo, Bad Company volverían a conquistar las listas a ambos lados del Atlántico, obteniendo por ello tres discos de platino por las enormes ventas a nivel mundial.