Paradojas del destino convirtieron al francés Jean-Jacques Kravetz en uno de los pioneros del rock alemán o como comúnmente se denomina, "krautrock". Afincado en Hamburgo desde finales de los sesenta con apenas 20 años, este multiinstrumentista parisino se labraría una gran reputación en el circuito musical del incipiente movimiento psicodélico de la época, convirtiéndose en uno de sus grandes impulsores. Algunos años mas tarde publicaría de manera moderada y sin prácticamente promoción, su único álbum en solitario junto al mítico batería Udo Linderberg, y a los músicos Thomas Kretzschmer como guitarra, el bajista Carl Stepehan y la cantante Inga Rumpf. En este único álbum, Kravetz combina magistralmente los pesados y difusos sonidos de órgano y los sintetizadores con unas puntuales y afiladas guitarras eléctricas. Esto dicho queda demostrado en la primera pieza “I?d Like To Be A Child Again” o en la espacial “Ann Toomuch”, mientras la experimental “Routes” pone la nota psicodélica y oscura de esta obra, que desemboca en la jazz progresiva “Master Of Time”, que ponen el punto y final a un disco que marcaría uno de los sonidos tempranos del krautrock
En los siguientes años Kravetz pasaría a engrosar como miembro por pleno derecho de tres de las mas grandes bandas del rock alemán como fueron Frumpy, Kin Ping Meh y Atlantis, facturando con todos ellos excelentes álbumes, entre los que se encuentran algunos de los clásicos del rock alemán y el prog rock.