A finales de los setenta el pomp rock vivía su mejor época en los Estados Unidos, bandas como Styx, Kansas, Angel, Magnum o Reo Speedwagon entre otros, copaban las listas de éxitos y sus álbumes estaban entre los mas aclamados y vendidos.
Sin embargo también existían otras muchas bandas que se movían en la escena underground, bandas que no lograban el éxito o la notoriedad deseada debido al predominio de esas otras bandas mas famosas y mediáticas, las cuales les cerraban el paso involuntariamente hacia las listas de éxito.
Una de ellas eran Bighorn, una banda formada a principios de los setenta en Seattle, los cuales habían ya lanzado un single en 1974, “I Get High"/“Takin´Me Down”, que pasaría totalmente desapercibido.
Después de un constante ir y venir de componentes, casi a finales de la década, esta banda realizaría una extensa gira por el oeste de Estados Unidos y el sur de Canadá y tuvieron la suerte de firmar con un pequeño sello canadienses de Vancouver subsidiaria de la Columbia canadiense, quienes les financian y publicaron su primer y único álbum lanzado a finales de 1978.
En este debut, Bighorn mostraba su estilo AOR fusionado con sonidos de hard rock progresivo, destacando sus irresistibles arreglos vocales y unas pegadizas melodías muy adictivas y comerciales.
La formación que grabaría este álbum estaba compuesta por el vocalista Bon Marcy, el guitarrista Joe Shikany, el teclista Peter Davis, el bajista Michael Ipsen y el batería Steve Adams, con la particularidad de que todos ellos eran vocalistas, algo que contribuía enormemente en los estupendos arreglos vocales.
Producido por el británico Martin Shaer, el álbum es una brillante colección de cortes que van desde el hard rock "Triad Every Trick" o "Helen Betty", hasta el rock melódico "Stand Up" y "Mary-Anne", pasando por temas mas complejos como "Sparrow" o "Penny For Your Dreams", sin dejar de mencionar medios tiempos pegadizos como "( I Love You) I´m Not Afraid Anymore" o el hard progresivo "Star Rocker".
Después de este álbum algunos de sus miembros deciden abandonar para integrarse en otros proyectos, por lo que Bighorn sucumbiría definitivamente a finales de 1979 sin dejar rastro, pero dejando para la posteridad este brillante y olvidado disco de rock melódico.