El octavo álbum de Whitesnake,"1987", supuso el punto culminante de comercialidad y al mismo tiempo el comienzo del declive de la banda con un sonido muy estandarizado y un rock bastante predecible.
Hasta la llegada de este lanzamiento, Whitesnake se habían caracterizado por los sonidos influenciados del hard rock blues con elementos del boogie rock, con ciertas similitudes a bandas como Deep Purple o Led Zeppelin.
Sin embargo la banda que grabaría este nuevo álbum seria totalmente opuesta a la que firmara esa época de blues rock anterior. Aquí ya no estaban Jon Lord, Ian Paice, Micky Moody, Bernie Marsden o Mel Galley, es decir sus integrantes mas icónicos, los cuales encumbraron a Whitesnake como una de las mejores formaciones de la historia del hard rock.
En este nueva entrega la banda estaba formada por su líder, el carismático David Coverdale a las voces, que junto a Neil Murray eran los dos únicos supervivientes de esa época, cerrando la formación el guitarrista John Sykes y el baterista Aynsley Dunbar.
Además en el proceso de grabación también participarían Don Airey y Bill Cuomo a los teclados, los guitarristas Adrian Vanderberg, Vivian Campbell y Dan Huff y el batería Denny Carmassi, mientras los ingenieros de sonidos Mike Stone y Keith Olson fueron los productores del álbum.
“1987” contiene una sabia mezcla del hard rock setentero combinados con los sonidos mas modernos de la década de los ochenta, en donde los sintetizadores y teclados cobran un gran protagonismo, todo ello con poderosos y contundentes riffs de guitarras como queda demostrado en la zeppeliana “Still Of The Night”, las melódicas "Give Me All Your Love" y "Crying In The Rain", la soberbia “Is This Love” o la añeja “Here I Go Again”.
La recepción posterior del álbum lograría unas ventas superiores a los diez millones de copias a nivel mundial.