Ethos fueron una banda norteamericana de rock progresivo bastante olvidada hoy en día y
que sobresalieron por una excelente técnica instrumental y una gran imaginación y talento en sus logradas composiciones.
Con un estilo que estaba influenciado por una gran variedad de sonidos, entre los que estaban el folk, el pop y el jazz, en sus dos únicos álbumes se observan de manera bastante obvia la sombra de las grandes del genero británico como KC, Yes o Genesis, pero también la de sus compatriotas Kansas, con ese regusto por el rock norteamericano.
Fundada en Fort Wayne en Indiana en 1973, su formación estaba compuesta por Duncan Hammond; órgano, moog, Mellotron y demás teclados, el también teclista Michael Ponczek, el guitarrista y voz, Wils Sharpe, el bajo Brad Stephenson y el batería Mark Richards, además de Gerg Riker en otros instrumentos.
En 1974 tuvieron la suerte de fichar por una de las grandes discográficas como la Capitol Records y se trasladan a Nueva York donde graban su primer álbum, el cual esta compuesto por ocho cortes escritos en su totalidad por Sharpe.
Este primer lanzamiento titulado “Ardour”, es un ejemplo de una perfección instrumental muy equilibrada, en donde también se observa el talento de todos sus miembros con sus interpretaciones instrumentales.
Aunque su sonido sinfónico es evidente, la variedad de instrumentos utilizados y la alternancia de sonidos es bastante elocuente, con grandes sonidos de mellotron, flautas, órgano y guitarras, creando atmósferas en algunos casos caóticas por la gran cantidad de sonoridades. Las armonías vocales se asemejan a Yes o Gentle Giant, mientras que las partes de teclados tiene ese sabor a los Genesis mas añejos, sin dejar de mencionar los arabescos riffs de guitarras en clara sintonía con Steve Howe de Yes.
La inicial “Intrepid Traveler” es una buena muestra al sonido complejo heredado de los mencionados Yes, mientras otros cortes como las progresivas “Atlantes”, “The Spirit Of Music”, “Sapce Brothers” o la melódica “E´Mocean” completan un álbum que pese a su enorme calidad paso desapercibido para la comunidad progresiva de la época.
Un año mas tarde llegaría su segundo y ultimo trabajo “Open Up” el cual sigue por una senda continuista ofreciendo temas de gran calibre como la crimsoniana “Pimp City”, la soberbia “Star Anew”, la espesa “Memories” o la compleja “The Players (Of The Game)”.