A finales de los setenta y luego del álbum “Tormato” Rick Wakeman y Jon Anderson se habían desligado de Yes, abandonando definitivamente la nave y con el futuro del grupo bastante cuestionado. Sin embargo el resto siguió como trío componiendo material para un próximo álbum, cumpliendo así con el contrato que los ligaba con su compañía discográfica. De esta manera tanto Steve Howe, Chris Squire como Alan White continuaron con la dinámica de componer y ensayar nuevos temas y lo hacían en los Townhouse Studios de Londres, justo el mismo lugar en donde el dúo The Buggles, preparaban su segundo álbum. The Buggles era un grupo de synth pop que habían logrado un tremendo hit en las listas de medio mundo un año antes titulado “Video Killed The Radio Star”, el cual pertenecía a su primer álbum “The Age Of Plastic. Este dúo estaba compuesto por el bajista y cantante Trevor Horn y el teclista Geoff Downes. Curiosamente tanto Yes como The Buggles compartían el mismo manager y esto fue determinante para que ambos grupos colaboraran en una serie de maquetas que terminarían perteneciendo al nuevo álbum de Yes, y de esa manera, aunque de modo provisional, tanto Horn como Downes pasaran a pertenecer a la nueva formación del mítico grupo, sustituyendo a los mencionados Anderson y Wakeman. Cuando salto la noticia de la unión de ambos grupos para publicar un álbum bajo el nombre de Yes, muchos vaticinaron el desastre y la decadencia total de la mítica banda, al unirse con unos “semidesconocidos” músicos, los cuales estaban muy alejados de la onda progresiva y barroca de Yes. Sin embargo nada mas lejos de la realidad, el nuevo álbum titulado “Drama” con una espectacular portada de Roger Dean y la producción de Eddie Offord, se convirtió en el trabajo mas moderno y actualizado de Yes, con un sonido que fusionaba el progresivo con los sonidos mas pop de la nueva década de los ochenta, sin perder un ápice su característico estilo. Temas como la compleja suite “Machine Messiah” con unos grandes desarrollos de teclados y unas guitarras sobresalientes, la dinámica y en cierta medida añeja “Does It Really Happen?”, la progresiva y soberbia “Into The Lens” o la pegadiza y atractiva “Tempus Fugit” demostraron que tanto Horn como Downes estaban casi a la altura de los miembros fugados, sobre todo este segundo, un talento innato con los teclados que doto con su estilo new wave, aires frescos a la música algo ya obsoleta de Yes por aquellos años.