En 1972 la figura de David Bowie aparecía en la carrera de Lou Reed y con el una de sus grandes influencias. El cantante británico instigo a Reed a acentuar sus textos y en sus actuaciones los comportamientos ambiguos y provocativos, facetas muy característicos de la factoría Andy Warhol, de la cual Lou Reed provenía.
Si hasta ese momento el músico neyorkino era uno de los percusores en poner en relieve los aspectos negativos e inquietantes de la subcultura juvenil, con la aparición de Bowie, se fue gradualmente convirtiendo en un andrógino personaje, apareciendo en el escenario con los ojos y labios pintados de negro y vistiendo trajes de terciopelo negro, adornados con falsos brillantes. Ya en su álbum “Transformer” (1972), introduce deliberadamente los temas de la homosexualidad y el travestismo, con los que Reed había mantenido hasta esos momentos las distancias a base de ironía y teatralidad, pero que de la noche a la mañana parecía identificarse. La colaboración de Bowie y Mick Ronson en las labores de producción, además de participar en la grabación del álbum, dio un gran impulso, coherencia y equilibrio a un trabajo que contenía arrebatadoras canciones como “Walk On The Wild Side”, “Vicious”, “Make Up” o “Satellite Of Love”.
Gracias a este Lp Lou Reed se convertía por fin en una estrella del rock, sin embargo su afianzamiento en la cúspide se vio truncada por su siguiente trabajo “Berlin” (1973), el cual fue producido por Bob Ezrin y contaría con un plantel antológico de músicos, entre los que estaban Steve Winwood, Michael Brecker, Aynsley Dunbar, Steve Hunter, Dick Wagner o Jack Bruce entre otros. Sin embargo este álbum fue despreciado por la prensa y perdió el interés del publico, motivado sin duda por una extraña música que alterna episodios orquestales muy intensos, con otros fragmentos de guitarra acústica y sonidos rock de manera desigual, suscitando las comparaciones con el primero de Velvet Underground.
Disgustado por esa mala recepción, Lou Reed conformo una banda de rock poderoso y contundente, en donde estaban los guitarristas Wagner y Hunter, mas el bajista Prakash John, el batería Pentti Glan, y el teclista Ray Colcord y publicaría los vigorosos y envolventes directos “Rock´n´Roll Animal” (1974) y “Lou Reed Live” (1975) en donde hacia un repaso en clave de casi hard rock de sus clásicos temas; “Sweet Jane”, “Heroin”, “Lady Day”, “Vicious” o “Walk On The Wild Side”, ambos discos, memorables documentos sonoros de la mejor época, al mismo tiempo que la mas convulsa del músico norteamericano.