Con su tercer álbum The Eagles quisieron alejarse de sus notorias influencias de folk y country para adentrarse en terrenos mas abonados al rock, sin embargo el resultado final fue un híbrido entre todos esos estilos.
Si con el anterior y fuertemente country “Desperado”, The Eagles mostraron su lado mas acústico con temas como el propio que da nombre al álbum, o otros como “Twenty-One”, “Tequila Sunrise” o “Saturday Night”, también es cierto que ya empezaron a mostrar leves muestras de su lado mas rock con “Out of Control” o las melódicas “Certain Kind of Fool” y “Outlaw Man”. Para este tercer “On The Border” la banda opta por un nuevo productor, relevando al mas fino y melodioso Glyn Johns por el enérgico Bill Szymczyk, aunque el primero también estaría en las labores de producción de manera secundaria.
Todo ello se ve traducido desde el principio con las potentes country rock “Already Gone”, “On The Border”, “James Dean” y “Good Day in Hell”, que son el contrapunto y el equilibrio perfecto de las mas melódicas y acústicas “Midnight Flyer”, “My Man”, “Ol´55” y “The Best of My Love” o los medios tiempos “Is It True” y “You Never Cry Like a Lover”. Esta progresión hacia sonidos mas rock se vio fortalecido al superar en las listas al anterior "Desperado” e igualando sus ventas con mas de dos millones de copias vendidas solo en los Estados Unidos.