Después de ocho álbumes de estudio y dos directos, los sintetizadores ocupan por primera vez un lugar predominante por encima de las guitarras en un disco de Rush, incluso sustituyéndolas en gran parte de este noveno trabajo de los canadienses.
En “Signals” sigue estando presente la batería habitual e inconmensurable de Neil Peart, pero el rock progresivo y las guitarras heavy han desaparecido casi completamente, derivando el estilo hacia los sonidos de la new wave, aunque y todo hay que decirlo, de manera bastante sutil y compleja, con esos arreglos intrincados de gran clase y la personalidad ya acostumbrada del trio.
Abriendo el álbum nos encontramos con una de las mejores canciones de la época, "Subdivisions", tema que tuvo bastante éxito en las listas y que es todo un clásico de su repertorio, especialmente su intro con los teclados.
También destacan algunos temas recuperados en su época más reciente para los directos, como son "The Analog kid" y "The Weapon", esta ultima la tercera parte de la trilogía “Fear”.
El resto del álbum gira en torno a los avances tecnológicos con un aire de modernidad y futurismo, reflejado en temas como "Digital man", "Chemistry" o "New World man".
El álbum cierra con la fantástica "Losing it", que incluye como invitado a Ben Mink con un espectacular solo de violín eléctrico y con "Countdown", que trata de reproducir lo que supone un lanzamiento espacial y que da por finalizado un disco que les mantendría en la cúspide del rock mundial, pese al cambio tan radical de estilo que la banda imprimiera en esta meritoria nueva entrega, después de su opera prima como fue el antecesor “Moving Pictures”.