Este es uno de los mas grandes discos la música rock de todos los tiempos, un álbum que logra el equilibrio perfecto entre lo técnico y lo emocional y sin duda alguna el momento cumbre de los canadienses Rush.
"Moving Pictures" cerraba de manera apoteósica la segunda etapa del grupo, la denominada "etapa progresiva", sin embargo en este octavo álbum el trío suena aún mas natural y menos pretencioso que en los tres trabajos anteriores a este.
Aquí todo fluye maravillosamente, incluidos los magníficos sintetizadores capturados de manera primorosa y con una producción impecable por parte de Terry Brown.
Los siete cortes que componen el disco son todos ellos una perfecta muestra del virtuosismo de Neil Peart, Geddy Lee y Alex Lifeson, empezando por el aura atractiva de esa fantástica canción "Tom Sawyer", a la que siguen joyas como la brillante "Red Barchetta", o la antológica "YYZ", en donde los tres músicos muestran una sincronización perfecta de maestría instrumental sorprendente.
"The Camera Eye" muestra la faceta progresiva de Rush en su máximo esplendor y temas como la inquietante "Witch Hunt" o la cruda "Vital Signs", junto a la pegadiza "Limelight", conforman un álbum esencial que después de 30 años, sigue estando a la cabeza de las grandes obras del siglo 20, un disco tan imprescindible como único en la historia de la música contemporánea.