Gentle Giant siempre fueron una rara avis dentro de la música rock y su estilo difícil de digerir para muchos seguidores del genero progresivo. Ellos combinaban una música desafiante y variada en donde se daban cabida la música medieval, las voces a Capella, pasajes de delicada belleza y momentos de enérgico rock.
Todos estos caminos musicales y muchos mas, a veces confluyen en un mismo tema, algo que podría ser parte de la descripción general del llamado rock progresivo.
Solo aquellas mentes musicales mas abiertas, encontraran la música de Gentle Giant accesible, y aunque ciertamente ellos nunca superaron por completo el status de banda de culto por acercarse demasiado a la popularidad y el reconocimiento de la critica, nunca sonaron como ninguno de los pesos pesados contemporáneos como Genesis, Jethro Tull, Yes, EL&P o Pink Floyd por solo poner algunos pocos ejemplos.
En 1975 llegaría “Free Hand”, la séptima obra de la banda, un álbum que sin llegar a la complejidad de obras como “Acquiring the Taste” (1971), “Octopus” (1972) o “Power of The Glory”, ni a trabajos posteriores mas accesibles como “Interview” (1976), los lograría mantener en un lugar privilegiado dentro de estilo progresivo de mediados de los setenta.
Un álbum denso, complejo e impecable, en donde desde los arreglos vocales de la medieval “On Reflection”, la alucinante y mecánica musical de “Free Hand” con esos entresijos instrumentales al mas puro estilo del jazz rock, la impresionante y melódica “His Last Voyage”, o la desafiante y sofisticada “Talybont”, sin dejar de mencionar la excelente folk rock “Mobile” y la brillante y accesible “Just The Same”, confirman todas ellas, el que tal vez sea su álbum mas aclamado y reconocido a nivel internacional, al mismo tiempo que su obra mas esencial y considerada una de los joyas del rock progresivo de los setenta.