Para muchos, este es el mejor disco en directo de todos los tiempos, perteneciente a una de las mejores voces de todos los tiempos; Sam Cooke.
Sam Cooke fue una figura primordial en el establecimiento del soul como música popular, su carrera repleta de canciones y álbumes básicos del genero, demostraron el enorme talento de este cantante mítico e inolvidable.
Cooke manejaba como nadie el soul, el rhythm and blues, el gospel y el rock and roll y junto a Otis Redding y James Brown, están considerados los reyes absolutos del soul, logrando la friolera de medio centenar de hits en apenas ocho años (1957-1965).
Su muerte en extrañas circunstancias acontecido el 11 de diciembre de 1964, es una de las fechas fatídicas en la historia de la música popular.
Un año antes Sam Cooke había actuado en un show en el mítico Club de Harlem Square en Miami, un 12 de junio, el cual fue grabado íntegramente y que seria publicado muchos años después de su muerte.
Esa noche Cooke estaba rodeado de su habitual banda compuesta por los guitarristas Clifton White y Cornell Dupree, el bajista Jimmy Lewis, el batería Albert Gardner, el pianista George Stubbs y la sección de vientos formada por King Curtis y Tate Houston.
En este directo Cooke deja atrás su elegante compostura para convertirse por una noche en un sudoroso “soul man”, cantando y bailando con pasión rítmica y salvaje y con una audiencia entregada al cien por cien.
Desde la inicial “Intro (Don´t Fight it) Feel It”, hasta el cierre del disco, “Having a Party”, Cooke demuestra su increíble intensidad sobre el escenario, totalmente enérgico, potente y desbocado, haciendo un repaso a algunos de sus mayores éxitos como “Cupid”, “Chaing Gang”, "Somebody Have Marcy”, “Bring It On Home to Me" o “Twistin´The Night Away”.
“Live at the Harlem Square Club, 1963”, esta considerado uno de los mejores 500 álbumes de la historia y todo un documento fabuloso del mejor soul que se haya escuchado jamás.