A mediados de la década de los ochenta el bajista Glenn Hughes se alío con diferentes y afamados músicos como Neil Murray, Don Airey, Cozy Powell o Mel Galley y formo el proyecto Phenomena, un supergrupo que se limitarían a grabar esporádicamente sin tener ataduras contractuales de ninguno de sus miembros, por lo que nunca fueron una banda al uso.
Su primer álbum y al igual que su nombre de reminiscencias paranormales, estaba repleto de alegorías relacionadas con la numerología o las ciencias misteriosas. Musicalmente este proyecto creo un álbum rebosante de grandes temas muy elaborados con estilos dispares como el heavy sinfónico, el power metal, la opera rock o elementos del folk rock.
Esta atractiva fusión de estilos estaba bañada de sonidos de sintetizadores atmosféricos y épicos, con una base del mas genuino AOR propio de la década de los ochenta y todo ello envuelto en la excelente voz de Hughes.
Desde la inicial, la adictiva y épica “Kiss Of Fire” hasta el final con la oscura y operística “Phenomena”, el álbum va transcurriendo por magníficos cortes como la vigorosa “Still The Night”, la intensa “Dance With The Devil”, la hard progresiva “Believe” o la irresistible melódica de “Twilight Zone”.
Este sorprendente primer álbum tuvo algunos años mas tarde una segunda continuación con el mas previsible pero igualmente interesante y soberbio “Dream Runner” en donde se habían integrado nuevos componentes como John Wetton, Ray Gillan o Max Bacon, y en donde sobresalían la arrebatadora y melódica “Did It All For Love”, la contundente “Double 6, 55, Double 4”, la AOR “No Retreat, No Surrender” o la pomposa hard rock “Emotion Mama”.
Años mas tarde Mel Galley reflotaría el proyecto publicando una tercera entrega titulada “Inner Vision” con unos parámetros muy parecidos a sus dos primeras obras, pero ya sin su impacto mediático.