Finalizando la década de los 70, Mike Oldfield se replanteo su estilo musical repleto de las largas y sobrias suites instrumentales que ya había mostrado en sus impresionantes primeras cuatro obras ("Tubular Bells”, “Hergest Ridge”, “Ommadawn” e “Incantations”), en las cuales era prácticamente el único compositor, instrumentista y productor.
En 1979 llegaría su quinto trabajo en donde aparecía una larga suite complementada con piezas mas cortas y con una estructura mainstream. También este trabajo supone el comienzo de su experimentación con los sonidos electrónicos y la técnica de los modernos estudios de grabación.
Sin embargo su música sigue teniendo su sello característico, aunque con ciertas influencias muy sutiles de pop, funk y jazz en muchos momentos del álbum.
La cara A esta totalmente ocupada con la suite “Platinum”, que dividida en cuatro partes es sin duda el momento mas convincente de todo el álbum, desde la inicial y poderosa “Airborne”, un perfecto escaparate para el virtuosismo de Oldfield con las guitarras, hasta la brillante “North Star”, pasando por la contagiosa “Platinum” y la sencilla pero adictiva “Charleston”
Para la segunda cara Oldfield opta por unas canciones mas “convencionales”, y que a diferencia de la soberbia suite anterior, estas resultan mas previsibles, como la rock callejera “Punkadiddle”, la ambiental “Woodhenge” o la alegre “Into Wonderland”.