No cabe duda de que Bad Company fueron uno de los acontecimientos mas impactantes de la música rock en la década de los setenta. El glorioso pasado de sus cuatro componentes era ya de por si un reto que difícilmente seria irresistible al publico en general. Esta superbanda surgió de las cenizas de los incombustibles Free, en ella estaban el vocalista Paul Rodgers y el batería Simon Kirke, a los que se unieron el ex bajista de King Crimson, Boz Burrell y el ex guitarrista de los Mott The Hopple Mick Ralphs. Esta banda de hard rock era una dura competencia para coetáneas como Humble Pie, Nazareth, Ten Years After, Deep Purple o Led Zeppelin y seria precisamente el sello propiedad de esta ultima, la Swan Song, quienes les contratarían y les publicaron su primer y antológico debut. Grabado durante los meses de finales de 1973 en los Headley Grange en Inglaterra, su recepción seria todo un acontecimiento, logrando un sorprendente numero uno en las listas norteamericanas y un tercer puesto en las británicas, en parte debido al bombazo que supuso el hit “Can´t Get Enough” todo un clásico de la música rock. Sin embargo este álbum no solo vivía de este magnifico y poderoso tema, en el aparecían otras canciones de gran calibre como la soberbia “Rock Steady”, la bluesy “Ready For Love”, la soul rock “Don´t Let Me Down”, la melódica “Bad Company”, la blues “The Way I Choose” o la contundente “Movin´On”. A partir de aquí la carrera del grupo seria meteórica, con cinco álbumes mas que superaron los 11 millones de copias vendidas. Ya entrada la nueva década de los ochenta Paul Rodgers decidiría dar por terminada su aventura con Bad Company para dedicarse a otros proyectos de menor envergadura y el resto seguir con la banda y continuos cambios de formación, derivando su clásico estilo de blues rock, hacia derroteros mas orientados hacia el hard rock melódico, con un éxito moderado, pero lejos de las excelencias de sus primeras obras.