Si hay un músico que inspiro a casi todas las grandes bandas de los sesenta fue Howlin´Wolf, un espectacular cantante, guitarrista y armonicista del blues y uno de los mas admirados bluesman de la historia.
Chester Arthur Burnett (ese era su nombre real), había nacido en West Point en Mississippi en 1910, era un tipo de mirada pétrea que pesaba 130 kilos y medía casi dos metros, hijo de plantadores de algodón, trabajaría de granjero hasta finales de la década de los años 30, cuando se decide emigrar a Chicago en la década de los 40. Después de servir en el ejercito durante la Segunda Guerra Mundial, formaría su propia banda de blues y algún tiempo después incluso actuaría asiduamente en una radio de West Memphis de Arkansas.
En 1962 publicaría el álbum "Rockin´Chair", considerado una de las Biblias del blues y es que Wolf fue un genuino cantante y un creador infatigable, que con su rudo blues forjo un expositor de rabia y vitalidad. A través de su voz, dura e hipnótica, Wolf escupía toda la ira y sus miedos, todo lo que vivió en su época de trabajador del campo en los parajes del sur de los Estados Unidos.
Su música era una sincera expresión, capaz de transmitir todos los sentimientos, y su blues era la exacta medida de si mismo. De ahí el inmenso poder y la fuerza de su música, de un bluesman indestructible y que ha dejado huella tan profunda como perdurable.
Su legado ha quedado marcado en cientos de bandas, desde Led Zeppelin, hasta los Rolling Stones, pasando por The Doors, Grateful Dead, Cream, Creedence y un largo etcétera
En “Rockin´Chair”, Howlin Wolf hace un repaso a parte de sus grandes clásicos como “Spoonful”, “Black Door Man”, “The Red Rooster”, “Whos Been Talking?”, “Wang Dang Doodle”, “Little Baby”, “Going´Down Slow” o “Howlin´For My Darlin´”, todos ellos versionados hasta la saciedad por multitud de artistas durante los últimos 60 años.