Jimmy Page no necesita ningún tipo de presentación, aclamado como uno de los grandes guitarristas de la historia, ha escrito parte de la música rock con letras de oro, primero con The Yardbirds y luego con la considerada mas grande banda del planeta: Led Zeppelin. Pero después de la disolución de esta ultima, Page se dedico a prácticamente no hacer nada mas, su acomodada posición en la década de los ochenta le condujo a llevar a cabo diferentes y distanciados proyectos medio fallidos como The Honeydrippers junto a Robert Plant, The Firm con Paul Rodgers, esporádicas colaboraciones en discos de algunos artistas amigos o desastrosas actuaciones como la del famoso Live Aid de 1985 con los resucitados por un día Led Zeppelin (con la “estimable” y “nefasta” colaboración de Phil Collins a la batería), en una rocambolesca actuación digna de una de las mas lamentables paginas del rock.
En 1988 Jimmy Page finalmente se decidió publicar un álbum en solitario y a la postre el único que publicaría, "Outrider", que fue editado por el sello Geffen Records y que tendría un equipo de lujo entre los que se encontraban Robert Plant, Chris Farlowe, Jason Bonham, Barriemore Barlow, Tony Franklin o John Miles entre otros.
Un disco donde Page sin arriesgar en exceso o sin sorprender en demasía, nos deja un trabajo con sabor zeppeliano de buenas dosis de hard blues rock.
Grabado en los estudios propiedad de Page “Sun Studies” y con la colaboración del ingeniero de sonido Leif Masses, fue producido por el propio Jimmy Page.
Desde la inicial hard rock “Wasting My Time”, Page deja claro sus gustos por los sonidos que empapaba en los años finales a Led Zeppelin, en esa misma línea están “Wanna Make Love”, ambos con la voz de John Miles y “The Only One”, esta ultima con Robert Plant en donde salen a relucir las sombras del pasado. “Prision Blues”, por otra parte es un buen blues que nos remite a los clásicos del genero con un Chris Farlowe pletórico a las voces o la preciosa “Hummingbird”, una versión del clásico de Leon Rusell con un sonido cristalino y brillante. El resto del álbum la completan tres temas instrumentales en donde destaca “Emerald Eyes” con unos grandes riffs acústicos o el blues con aires folk “Blues Anthem”.