John Campbell fue uno de los bluesman más desconocidos y quien sin embargo publicó varios de los mejores y más impresionantes discos de blues clásico de los noventa.
Curtido en garitos, clubs y salas de blues y jazz, Campbell se fue labrando una reputación en diferentes ciudades del sur norteamericano. Su primer disco data de 1975, el cual pasó completamente desapercibido. Frustrado decide volver a seguir tocando en clubes de Texas y Nueva Orleans, y a mediados de los ochenta se mudaría a Nueva York, incorporándose a la animada escena blues de la ciudad de los rascacielos.
En 1988 el guitarrista Ronnie Earl le brinda su ayuda y le produce su segundo álbum "A Man And His Blues", con el que se daría a conocer mas ampliamente, y una nominación para los premios W.C. Handy, y de paso se gano el interés del sello Elektra, con quien le firma un contrato y le publica su siguiente trabajo "One Believer" en 1991.
Con un estilo de blues acústico fusionado con country-blues y blues-rural, Campbell dota a sus canciones de letras tristes, desamores, bares de carretera y temas de la América profunda.
“One Believer” está lleno de blues emocionantes con mucha fuerza y sentimientos; "Devil in My Closet", "Wild Streak", "Tiny Coffin", "World of problem" o el magnífico "Voodoo Edge".
Dos años más tarde y siguiendo un patrón de continuidad, publica "Howlin Mercy" que contiene una apasionante versión de la canción de Led Zeppelin "When The Leaves Breaks" que gana mucha notoriedad.
Más tarde se unió a Buddy Guy durante varios años para realizar una gira por los Estados Unidos, pero en 1993 murió de un infarto a los 41 años, su muerte le impidió convertirse en una leyenda del blues con el tiempo, justo cuando sus últimos trabajos comenzaban a tener un gran éxito en los circuitos internacionales del blues.