John Mayall es sin duda el patriarca del blues ingles, el creo las bases para el desarrollo de numerosos grupos, todos ellos llenos de talento en los años sesenta y setenta. En la practica, gracias a el se formaron los núcleos creativos de Cream, Fleetwood Mac o Colosseum, con músicos procedentes de las varias formaciones de los Bluesbreakers de Mayall, gente en suma que ha marcado la historia del rock en todo el mundo.
Nacido en Cheshire al norte de Inglaterra en 1933, creció en un suburbio de Manchester y empezó a tocar la guitarra a los diez años y poco después hizo su debut con un trío de blues en el Bodega Jazz de Manchester, por ese entonces además tocaba el piano y la armónica.
Después de salir del ejercito, estudio arte mientras al mismo tiempo cultivaba su afición por el blues y el jazz.
Después de fundar varios grupos, dedicarse a la pintura y hacer constantes giras por diferentes clubs del circuito de pubs de blues, en 1965 Mayall publica junto a sus Heartbreakers su primer álbum ”John Mayall plays John Mayall” bajo el sello Decca, una grabación en directo.
Después de este primer disco entra a formar parte de la banda un joven llamado Eric Clapton que había abandonado el grupo The Yardbirds, y con el se iniciaría la edad de oro de Mayall.
Clapton estaba infravalorado en los Yardbirds y fue llamado por Mayall observando las grandes dotes del guitarrista y su deseo de hacer blues, otorgándole el espacio necesario que el músico necesitaba en sus grabaciones.
El resultado fue apoteósico, un clásico de la historia del rock.
“Bluesbreakers John Mayall with Eric Clapton”, publicado en 1966 y producido por Mike Vernon, es un fantástico ejercicio de potente y eléctrico blues urbano, y aunque Clapton lo pone todo para de alguna manera robarle el protagonismo a Mayall, este hace unas excelentes demostraciones al piano, el órgano y la armónica, como en la intensa “Parchman Farm”, cargada de una intensa armónica soul y por la tensa sección rítmica de John McVie a la batería y Hughie Flint al bajo.
Todo el álbum parece elaborado por pequeños genios impacientes por demostrar sus grandes dotes individuales, Clapton crea solos que se convierten en clásicos “Hideaway” y “Steppin´out”, McVie en el solo de batería de “What´d I say” y la voz de Mayall imprime preciosas connotaciones lacrimógenas en canciones como “Double Crossing Time o “Have You Heard”.
Este fantástico álbum es doblemente importante, por un lado da comienzo a la buena costumbre del rock de juzgar la calidad de un tema no solo por su fascinante melodía o por su letra, sino también por la creatividad individual de cada instrumento y otro factor notable es que este álbum estableció las bases del "boom" del blues en los años 60.
Todo el álbum parece elaborado por pequeños genios impacientes por demostrar sus grandes dotes individuales, Clapton crea solos que se convierten en clásicos “Hideaway” y “Steppin´out”, McVie en el solo de batería de “What´d I say” y la voz de Mayall imprime preciosas connotaciones lacrimógenas en canciones como “Double Crossing Time o “Have You Heard”.
Este fantástico álbum es doblemente importante, por un lado da comienzo a la buena costumbre del rock de juzgar la calidad de un tema no solo por su fascinante melodía o por su letra, sino también por la creatividad individual de cada instrumento y otro factor notable es que este álbum estableció las bases del "boom" del blues en los años 60.